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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

No hay país como éste

Las collejas por perder un derbi en Grecia y el cambio de discurso de la plantilla rojiblanca

Repasando lo sucedido en Argentina con el River-Boca y leyendo la entrevista de LA NUEVA ESPAÑA a Uros Djurdjevic, no queda otra que entonar el "no hay país como este" (España, claro), al menos en el plano futbolístico. Lo que cuenta en este periódico el delantero serbio sobre sus experiencias en Ligas no muy lejanas como la italiana o la griega da para una serie de "Neflix" con dosis de drama, parodia, crimen organizado y diván con psicoanalista argentino de apellido hebreo incluido. Lo de ser recibido literalmente a colleja limpia por la afición tras perder en el derbi heleno tiene tela. Muestra muy bien cómo no debe ser la cercanía-relación entre los futbolistas y los seguidores.

¿Alguien se imagina a Bale, Messi y a Cristiano Ronaldo siendo sometidos a una sesión de spanking por un operario de Mercamadrid, un estibador del puerto de Barcelona y por un soldador turinés de la Fiat tras un mal partido? Suena a chiste malo. Pero leído lo leído, hay lugares en los que, tristemente, ocurre.

También parece un mal chiste lo del presidente multando a los jugadores por perder y fallar un penalti, o cargándose diez entrenadores en una temporada. El fútbol lo aguanta todo. Incluso que los futbolistas cobren un extra por llegar a su hora a los entrenamientos e ir, por ejemplo, a saludar a sus seguidores al término de los partidos. Vamos, prácticamente cobrar por cumplir con su trabajo, que es por lo que se supone que ya facturan los chavales. Así que, con historias de este tipo a sus espaldas, no es de extrañar que a Djurdjevic no le suponga una presión extra lo de ser el fichaje más caro de la historia del Sporting. Además, es lógico porque seguro que el serbio no fue quien tasó el precio de sus goles, todavía muy pocos -tantos como uno, y en Copa- en el Sporting.

En lo que no entra el delantero rojiblanco es en dar cera, pulir cera al anterior y nuevo gestor de los destinos técnicos de los de Mareo. Puede que esté agradecido a que Baraja le aguantara en el once más allá del deber a pesar de su pertinaz sequía. Otros, sin embargo, han dejado mensajes para todos los gustos: que si el equipo está hecho para jugar con un 4-3-3, que si en el fútbol hay que divertirse y ser valientes, que si no se puede estar a merced del rival, que si... ¡Menos mal que estábamos todos a muerte con el anterior director de la orquesta! Pero el espectáculo debe continuar, y la anterior gerencia ya es historia. Toca ahora confirmar ante el Tenerife la mejoría vista en Granada. Más les vale a los chicos, no vaya a ser que a alguien se le vaya a ocurrir imitar lo de las multas o, lo que es peor, lo de las collejas. Todos tranquilos, que no, que no pasará, que no hay país como este. Sólo era un chiste.

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