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Sobrevivir otra jornada

El OCB demuestra su nivel competitivo a pesar de la adversidad

Cuando se hace un equipo muy apurado, con los mimbres justos y encaje de bolillos para mezclar la necesidad de formar una plantilla competitiva con los guiños propios de una entidad familiar, puede pasar esto. Puede ocurrir que venga una racha de lesiones y se te descabalguen los planes, que sobrevivir en la pista sea la única meta.

Tema aparte son las ventanas de la FIBA. Es cierto que el Oviedo Baloncesto era consciente de que fichaba a dos potenciales internacionales con Finlandia (Nuutinen y Ahonen), pero programar jornada doble de la Oro en plena competición de selecciones es un despropósito. Si no lo hubiera hecho la misma federación cuyo presidente prácticamente acusó de alta traición a los clubes de la Euroliga por no ceder a sus jugadores a la selección, sería hasta para reírse. ¡Viva la coherencia!

Pues con todo, el Oviedo sigue rindiendo. Incluso ayer, con dos jugadores altos y medio y con situaciones hilarantes de desventaja en las zonas, el OCB salió adelante. Le ayudó un flojísimo Castelló, incapaz de presentar un director de juego decente ni un estilete capaz de meterse entre las líneas y dinamitar la defensa en zona que planteó Javi Rodríguez durante gran parte del encuentro.

De momento, con muchas cosas en contra, chapó para el Oviedo, que lleva un balance positivo y ha rozado la victoria en todas sus derrotas. El triunfo de ayer es importantísimo porque permite al equipo ganar tiempo mientras trata de recomponer de nuevo su puzle. La misión del domingo en Lleida, con los mismos efectivos que ayer, se antoja casi imposible, y el objetivo es afrontar con Nuutinen y Van Zegeren el próximo partido de casa. El Huesca del ovetense Guillermo Arenas, revelación de la liga, no lo pondrá fácil.

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