Pudo ser estrategia, casualidad o la influencia cósmica del anuncio de un acontecimiento aún por suceder. Tres posibilidades hipotéticas para un hecho real. La verdad es que el Sporting marcó ante el Alcorcón los que pueden ser los dos goles más madrugadores de la temporada. Además, uno en el principio de cada tiempo. En un suspiro. Sin dar tiempo a cerrar los ojos con los bostezos de un tiempo de siesta. Si bosteza, se lo pierde. Había que llegar a la grada bien cargado de cafeína. Si la causalidad llegó de la estrategia de intentar marcar un gol nada más sacar del centro del campo, funcionó.
Pero creo más en la metafísica, entendida como eso que ocurre con sutileza, de forma oscura y difícil de comprender. Como esa teoría del efecto mariposa: un aleteo aquí puede provocar un terremoto en las Antípodas. Si Amazon sopesa instalar uno de sus almacenes en Siero, la inercia llevó al Sporting a hacer buen uso de su servicio Prime de entrega rápida. Djurdjevic a marcar, a centro de Lod, a los 50 segundos de partido, y el finlandés aún apuró más, a los 28 de la segunda parte. Un par de goles relámpago con una pareja de jugadores protagonistas.
El resto del partido tuvo poca historia y ya se ha contado con diligencia y certeza en estas páginas. Así que, con un partido tranquilo, pertrechados en la grada del frío, daba tiempo a hacer balance de esta primera vuelta de la temporada, simplona y lejos de los objetivos, pero aún con tiempo de revertir la mediocridad y conseguir, por lo menos, llegar a los puestos de promoción que den billete para disputarse el añorado y deseado ascenso a Primera.
El Sporting es el típico equipo, no el único, que tropieza de forma reiterada con los mismos defectos. No es momento ya de analizar las razones, de sobra comentadas, ni siquiera las consecuencias, demasiado evidentes en los últimos meses. Sólo sorprende que sean los mismos, en los últimos años. Para mí, se resumen en uno, como alguna vez ya he dicho: el Sporting se equivoca gravemente cuando se traiciona.
Por el momento, lo mejor de la temporada es el ascenso de José Alberto, del filial al primer equipo. Es el mejor revulsivo ante la abulia y en pos del ascenso de categoría. Por desgracia, aquí no se puede contratar el servicio Amazon Prime. Con el nuevo entrenador ha comenzado a revolverse la plantilla en una especie de efecto centrífugo que deja en evidencia a aquellos jugadores que, o no dan la talla, y no es excesiva, o no se implican con el equipo.
Recuperados los quiere la afición. Djurdjevic puede comenzar a quitarse el sambenito de inoperante jugador más caro de la historia del club. Como el alcalde de la película "Amanece, que no es poco", empieza a ser no sólo contingente, sino también necesario. De su interés, con su cara de concentración y malas pulgas durante los partidos, llegan al fin los goles. De Lod se puede decir que encarrila el camino, pero está muy lejos aún de ser el jugador que requiere el Sporting. Cito a estos dos por su protagonismo el domingo; de los demás, ustedes, con el entrenador que cada uno lleva dentro, podrán realizar su valoración.
Ahora sabemos que Blackman, el jugador que sólo tiene, por desgracia, nombre de superhéroe, no de superjugador, sopesa irse por no disponer de minutos, ¡con los que ha desperdiciado! Si es así, él, como algunos otros, puede irse empaquetado y con un lazo, y en el servicio urgente de Amazon Prime.
P. D. Tiempo habrá de hablar de fichajes en el mercado de invierno, también necesarios y con entrega rápida...
