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Eloy Méndez

Pase el hueco

Eloy Méndez

Anomalías históricas

La situación del equipo en la tabla y la falta de tributo a las leyendas

Que el Real Sporting de Gijón ocupe el décimo segundo puesto de Segunda División a una semana de que finalice el mes de febrero es una enorme anomalía histórica que daña profundamente a la institución. En román paladino: pocas veces el club ha estado tan mal a estas alturas de competición desde que el mundo es mundo. Se supone que esto lo saben la propiedad, los "gestores de personal humano" que no se cansan de fichar sin ningún resultado y los jugadores que configuran la actual plantilla. Pero no está de más recordarlo porque algunos se han permitido el lujo de mostrarse extrañados por el cabreo de las gentes rojiblancas.

Pero este aparente desconocimiento de la evidencia no sólo afecta al plano deportivo. Es lastimoso, por usar un eufemismo, contemplar el escaso reconocimiento que desde la zona noble se concede a las figuras que protagonizaron tiempos mucho más fértiles que este secarral por el que ahora toca transitar. Valgan tres ejemplos recientes a modo de preguntas que aguardan respuestas. ¿Por qué no se guardó ni un mísero minuto de silencio en El Molinón tras el fallecimiento de Molinucu, hombre discreto y humilde hasta el último día? ¿Por qué la directiva no impulsó un solo acto de homenaje a Tati Valdés por los diez años de su muerte? ¿Está previsto despachar el primer aniversario del adiós a Quini con un sorteo de camisetas y cuatro vídeos en internet? Quizás haya explicaciones para todo esto, pero aún no se han dado. Estar a la altura de la Historia, con mayúscula, es una exigencia irrenunciable.

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