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Un punto más y van 44

El Oviedo no ganó al Lugo, pero sigue sumando en una competición que penaliza cualquier desconexión

Un paso -cierto que más pequeño de lo esperado- pero un paso, al fin y al cabo, que permite al Oviedo seguir acumulando puntos en pos del objetivo del ascenso. El equipo no pudo ganar ante el peor Lugo que se recuerda en el Tartiere, pero tampoco perdió. "Punto ser punto", dijo Vujadin. Van 44 y por la A-8 se llega a la costa. Los gallegos marcaron al final del partido, tras una segunda parte en la que los nuestros bajaron bastante el pistón, pero en la que también tuvieron ocasiones suficientes como para dejar resuelto el choque antes de ese fatídico minuto 90. La más clara, un mano a mano desaprovechado por Omar Ramos ante Juan Carlos.

Vale que fue un bajón, pero un empate en casa no es motivo para rasgarse las vestiduras, ni para perder la confianza en un equipo que lleva una marcha impresionante en lo que va de 2019, con una implicación de los futbolistas en el proyecto que supone un plus adicional para lo que queda de temporada. Además, este pequeño revés también puede servir como nueva advertencia de que en esta competición cualquier despiste, cualquier desconexión, puede costar muy caro. Sea ante el Osasuna o ante el Lugo.

A nivel clasificatorio, la desventaja pasa a ser de tres puntos con el Cádiz, equipo que marca la frontera de la promoción y al que el trencilla de turno le regaló el partido ante Albacete. El penalti del triunfo fue de chirigota. Sin embargo, las sensaciones y la realidad futbolística, lo que se ve sobre la verde pradera, es que el Oviedo está capacitado para echar mano a los amarillos y meterse de lleno en la pomada, a poco que aproveche los partidos que va a jugar en casa en las próximas semanas. Ahí el Tartiere también tendrá mucho que decir. La afición debe hacer del estadio una auténtica caldera en la que el primer gol entre por la escuadra desde la grada. El domingo ya se mejoró la asistencia y es de esperar que siga subiendo, según se acerque la parte decisiva de la temporada con el Oviedo optando al cambio de categoría. Llega el momento de darlo todo, de no ahorrar una gota de sudor para devolver al Oviedín a Primera. Y que sea lo que el balón quiera. Uno, que ya las ha visto de todos los colores con el Oviedo, guarda como el momento culminante de lo que significa este club aquella noche ante el Arteixo en que la afición saltó al campo para levantar del suelo y sacar a hombros a unos jugadores que no habían podido subir de Tercera a un club que poco antes ganaba en el Bernabéu o el Nou Camp. Alguien debería contar esa historia a los futbolistas de hoy para lo que queda de Liga.

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