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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

El síndrome Solari

El margen de maniobra para engancharse a la parte alta de la tabla

Por síndrome Solari se conoce, desde hace dos días, al mal que aqueja a un equipo que no se juega nada cuando queda por delante un tercio de la temporada. Una patología compleja de tratar porque hunde la moral de los futbolistas y vacía las gradas de los estadios. Y que puede afectar de lleno al Sporting en el caso de que se produzca un nuevo traspiés en El Molinón este fin de semana. La plantilla aún está a tiempo de evitar el contagio, aunque apenas tiene ya margen de maniobra.

De ahí que el partido frente al Almería tenga la trascendencia del último tren antes de la media noche: el viajero que lo pierde está obligado a dormir al raso en el andén de la estación. Pero no hay certeza alguna de que los jugadores sean conscientes de esto porque lo que pasa en un vestuario nunca se cuenta en rueda de prensa (a menudo se cuenta lo contrario). Más bien parece, por el ambiente que se respira, que el club en toda su dimensión ha asumido ya que el irrenunciable objetivo del ascenso deberá quedar para mejor ocasión. Una vez más.

El partido frente al Numancia dejó algún motivo para la esperanza. El equipo salió enchufado y mostró una mayor consistencia que en jornadas anteriores. Además, se repuso de inmediato del gol del empate en un estadio casi siempre complicado. Pero poco más. Nada que invitara a lanzar las campanas al vuelo, ni mucho menos. Así que la labor de mentalización del entrenador del pueblo es fundamental estos días. José Alberto tiene que lograr transmitir a los suyos que hay esperanza porque algo de vida queda. Si no lo consigue, a partir de este sábado quedan por delante tres meses para hacer la lista de descartes.

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