El miércoles se puso el día feo, pero decidí enfrentarme al mal tiempo para acercarme al Tartiere y ver a los jóvenes valores de la cantera oviedista. Así somos los fieles de las categorías inferiores: imperturbables ante el clima adverso. Seré sincero con usted, querido lector: era el primer partido del Vetusta que veía este año. Y me gustó mucho, mucho. Sobre todo porque me puse a recordar tiempos pasados y, entiéndame, las comparaciones son odiosas. Me acordé de aquel Oviedo de Roberto Robles Feijoo, AKA Robles Junior, y su partido contra el filial del eterno rival? No quiero ni recordar el resultado. ¡Vaya ojo el que apostó por aquel entrenador! Pero los tiempos han cambiado. Ahora dominamos, aunque el presidente de los de enfrente se olvide de enumerar al primer equipo, el filial y las féminas en su listado de logros de los suyos. ¡Qué casualidad, justo en el momento en el que estamos por delante! Dominamos como lo hicieron los chavales del Vetusta el miércoles en el Tartiere. Ojalá veamos alguno de esos chicos más a menudo con los mayores. ¡Cantera al poder! La cosa es que el partido refuerza mi optimismo de cara al derbi, que ya está ahí. Y espero que refuerce el de los jugadores del primer equipo, los protagonistas. Me dicen mis espías que el miércoles estaba media plantilla en los palcos. ¡Bien hecho! Al que no vieron fue a míster azul, Juan Antonio Anquela Albacete, que seguro que prefirió seguir el partido por la televisión, que él es un hombre recogido.
