Andan algunas gentes rojiblancas agitadas por la baja de Robin Lod para el derbi debido a su convocatoria con la selección finlandesa, acusándole incluso de falta de compromiso por no poner impedimentos a jugar con su país. Ni que el centrocampista, que ya se perdió el partido de máxima rivalidad en la primera vuelta por la misma razón, haya demostrado a lo largo de la temporada que es insustituible en este equipo donde los referentes brillan por su ausencia, lógico resultado de una planificación aciaga. Su fichaje se anunció a bombo y platillo en verano porque era internacional (daba igual de dónde), pero su aportación ha sido limitada, a pesar de su excelente predisposición dentro y fuera del campo, algo que nadie le puede negar.
Así que los desvelos sportinguistas deben pasar más bien por lograr la tercera victoria consecutiva en El Arcángel, ante un rival que lleva en horas bajas desde el primer minuto de competición. Un triunfo en tierras cordobesas es la única forma de mantener viva la llama de la promoción y, de paso, llegar con una inercia positiva al próximo duelo en El Molinón, cuando los jugadores estarán obligados a demostrar que visten la camiseta del equipo asturiano mejor clasificado durante las últimas 17 campañas, que se dice pronto.
Mucho menos habrá que esperar para conocer en qué consiste la propuesta de la asociación "Tu fe nunca decaiga" para "socializar el club y devolverlo a los aficionados", es decir, para arrebatarle el control a la actual propiedad. Dicho así suena tan original como enigmático. Sus impulsores explican que el asunto está en manos de expertos juristas. En quince días, según dicen, lo sabremos.
