La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mario Antuña

A la contra

Mario Antuña

Viernes de vigilia y flores

La Cuaresma le sienta bien a un Sporting en racha y lanzado hacia la promoción

El Sporting debe disfrutar de una dispensa. Partido que juega en viernes de vigilia, partido que le mete un bocado al rival. Bocado piadoso, sin hacer sangre. No corresponde ni con la época ni con las posibilidades del equipo. Victoria y basta. Con sufrimiento, como también se ajusta al momento de pasión. Pero los puntos suman camino del domingo de resurrección. Hacia la Pascua sportinguista, que aún no supondrá la redención, sólo la posibilidad de mitigar los pecados con el play-off de la promoción. Al principio de temporada sabría a poco, lograrla hoy alcanzaría para la comunión con la grada.

La Cuaresma le sienta bien al Sporting. Desde el 3 de marzo, triunfo ante el Numancia, domingo previo al miércoles de ceniza, los gijoneses han conseguido cinco victorias y un empate. Dos de los partidos, con la igualada ante el Málaga y la victoria ante el Tenerife, en viernes de ayuno. Queda un tercero ante el Granada, ya en El Molinón. Para rematar los cuarenta días de buena racha, el sábado previo al domingo de Pascua, ante el Nàstic, para celebrar la resurrección de un equipo moribundo en las medianías de Segunda que lucha por alcanzar la promoción. No es la divinidad del ascenso directo, pero puede mitigar, ya no digo perdonar, algunos pecados originales. Tiempo habrá para adentrarse por los renglones torcidos de Fernández y Torrecilla.

Seis partidos, cinco victorias y un empate. Octavos en la clasificación. A cinco puntos de la promoción, que serían dos si sumamos por anticipado los tres del partido del Reus. Alcanzado y sobrepasado, aunque empatados a puntos, el eterno rival. Esta Cuaresma sportinguista está siendo muy provechosa. La dispensa ha permitido no ayunar los viernes y al califato de Granada habrá que conquistarlo con el espíritu de Pelayo (sin implicaciones políticas, sólo deportivas, quede claro). No hay juego, sí efectividad, y sufrimiento... Es lo que hay y es rentable.

Partidos como el de Tenerife se suceden como repeticiones de un rosario. Y dejan algunos misterios "jugosos". Por ejemplo, ¿acabará el chándal de José Alberto convirtiéndose en su segunda piel? Así sea, será la mejor prueba de la continuidad de la buena racha del Sporting. ¿Por qué ese gran portero que es Mariño, sin duda el mejor de la categoría, falla tantos pases con los pies como Cofie, que tantos corta? Nos vale con que con sus manos sea el santificado ángel de la guarda. ¿Algún día Uros encontrará el sosiego y la paz para meter los goles que se suponen fáciles? Bien está que meta los inverosímiles, pero los otros también suman. ¿Será necesario proyectar sobre el cielo nocturno de Gijón el número 9 para convocar a Blackman, ese jugador con nombre de superhéroe que aún nada ha demostrado con el equipo? Poco le queda ya para sobrevolar El Molinón, aunque nadie lo espera. Y, por último, ¿es Lod un jugador que se entrena en Mareo para jugar con Finlandia? Mal negocio si después de los elogios a su última internacionalidad no fue ni convocado.

El Sporting disfruta de una Cuaresma gozosa que debe continuar aprovechando a bocados, que para eso hay dispensa futbolística en la religión en la que los buenos resultados encubren los defectos.... Pese a la buena racha, se paga la penitencia de tanto error acumulado. No es tiempo de confesiones ni de entonar mea culpas. Dice el Eclesiastés que hay un tiempo para cada cosa. Ahora es el de recibir las flores de las victorias, aunque aún no haya chuletón para morder. Pero lo habrá... amén.

Compartir el artículo

stats