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Alberto Menéndez

Al menos, visión de futuro

Victoria ante el Numancia para seguir soñando con jugar la, en este momento, todavía lejana promoción a Primera. Está claro que el equipo de Soria fue un rival accesible para los asturianos, mucho más que los dos anteriores contrarios, Málaga y Granada, que por eso unos están en la parte alta de la clasificación y los de López Garai en los puestos de peligro. Los castellanos venían al Carlos Tartiere a empatar y cuando marcaron los de Egea se quedaron prácticamente sin argumentos para sacar algo positivo de esta salida a tierras del Principado. Apenas inquietaron a Champagne y si dieron en alguna ocasión sensación de peligro fue, una vez más, por falta de concentración de la zaga oviedista (aunque en este caso estuvo más centrada que en los últimos encuentros) que por aciertos de los delanteros numantinos.

En esta temporada al menos, a diferencia de las anteriores, el Oviedo continúa vivo en la última fase, la crucial, de la Liga. Y la afición aún piensa que puede ser el tapado, el equipo que se incorpore a última hora al tan deseado play-off. Y eso que su juego sigue siendo demasiado ramplón para un conjunto que aspira a dar el salto a la división de oro del fútbol español, escasa brillantez que enmascara con una lucha y una intensidad digna de elogio. Da la sensación de que el equipo atesora más calidad de la que sus jugadores muestran cada jornada en el terreno de juego.

Una derrota en los tres partidos que restan dejaría a los de Sergio Egea fuera de la lucha por uno de los seis primeros puestos que dan opción a jugar la promoción. Un triunfo el próximo domingo en Tenerife daría más alas a la ilusión, aunque, por supuesto, todo dependerá de lo que hagan los equipos que están ahora por delante en la tabla clasificatoria. Pero también es cierto que en las próximas jornadas hay duelos entre ellos.

Sea como sea, y se alargue o no el sueño de la promoción, lo que sí está haciendo Sergio Egea desde que se hizo cargo de la plantilla tras la destitución de Juan Antonio Anquela es dar una confianza añadida a la gente de la cantera. Porque ahí, en la gente de la casa, debe estar una parte importante del futuro del equipo azul. Así fue siempre históricamente y ahora, con el Vetusta en horas altas, debería continuar siéndolo.

Javi Hernández es jugador del Real Madrid, pero llegó a Asturias para foguearse en el Oviedo B. Anquela lo rescató para el A, como lateral izquierdo. Egea, sin embargo, apostó por él como central, y parece que acertó con su decisión. También fue el anterior entrenador el que dio la oportunidad de debutar con el Oviedo a Jimmy. Egea no solo le mantuvo, sino que le ha otorgado un estatus mayor en el equipo. Y ayer el joven centrocampista se lo agradeció con un juego que fue más allá de la contención y que se alargó con valentía en las labores ofensivas del equipo.

Pero es que, además, Egea se atrevió a dar entrada en el equipo titular ante el Numancia a Viti, dejando en el banquillo al hasta ahora intocable Bárcenas. Y Viti fue uno de los mejores del encuentro, atreviéndose a encarar a los contrarios como si de un veterano se tratara. Bueno, realmente entre los veteranos tampoco es que haya muchos que se arriesguen a la jugada individual como lo hace él.

Cuatro jugadores asturianos en la alineación titular del Oviedo ayer, a los que hay que sumar otro procedente del Vetusta, es algo poco habitual en las últimas campañas y por lo tanto digno de destacar. Pase lo que pase en lo que resta de temporada, al menos da la sensación de que hay un cambio de mentalidad en la casa azul y que hay visión de futuro, que hay una apuesta por la cantera.

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