La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

serrano

Y el ganador es?

La apuesta por Francesc Arnau para la dirección deportiva del Oviedo después de un casting para el recuerdo

Y el ganador del casting fue Francesc Arnau. Un portero de Girona con residencia en Málaga que aterriza en Oviedo para crear un proyecto que lleve a Primera. En el año prometido desde México para dar el salto, un nuevo reseteo. Por paciencia no será.

Arnau es una apuesta arriesgada. Su única experiencia en un puesto así es en Málaga. Duró menos de dos años. Aquí firma dos y medio y viene a suplir a Michu, un símbolo. Lo haya hecho mejor o peor, pero un símbolo, con todo lo que ello conlleva. A favor del catalán, que conoce el mercado, que acepta un salario de unos 80.000 euros (el sueldo mínimo de un futbolista en Segunda es de 77.500 euros, así que casi todos los jugadores cobrarán más que él) y, asunto importante, que se supone sabrá dominar bien los entresijos de la vida con control remoto, con un jefe lejos a casi todo menos al club.

O eso debió aprender de su difícil convivencia con el jeque Al Thani, que por cierto acabó como el rosario de la aurora. Aunque aquí no es la misma historia, también va a necesitar suerte.

Arnau es consciente que ha llegado al Oviedo de rebote. No era el primer plato. Ni el segundo ni el postre. Fue uno más del glorioso casting impulsado por el club, seguido con hilarante asombro por tantos en el fútbol español. El extraño proceso de contratación, con momentazo claro en la reunión del Marriot -venga tu turno-, fue comidilla recurrente estas semanas entre agentes, directivos y otras figuras de aquí y de allí del fútbol nacional. Hasta llegar a Arnau, el Oviedo disparó a discreción, sin criterio claro: tocó candidatos de Primera, de Segunda, de Segunda B, con contrato y sin él. Tuvo a punto a un analista y hasta pidió el favor, sin éxito, a un ex. Hubo reuniones personales, conversaciones de teléfono, tira y afloja por Whatsapp y hasta la clásica fórmula: mándame el currículo al e-mail y te digo algo. En mitad de todo el fregado, por cierto, Michu dijo basta. Lo dijo en soledad. Y en soledad se fue.

Con Arnau, los renacidos Vallina y César, tanto tiempo cómplices de Del Olmo, ya tienen posible escudo por si vienen mal dadas, porque Federico se supone que está de paso. Va ya para varios meses de paso, pero debe estarlo de verdad: es el que más manda en Oviedo y el club no ha comunicado oficialmente nada. Tampoco ha comunicado nada el Oviedo sobre otras decisiones de calado recientes, así que aquí, de momento, poca novedad. Bien haría Arnau, pues, en ir acostumbrándose a la querencia por la sombra que se estila por estos lares. Él mismo fue anunciado con inteligente nocturnidad en horario de riguroso prime time informativo, pirueta comunicativa ejemplar.

Tiene tarea el catalán con un Oviedo que ha vuelto a dar señas de vida. En Alcorcón se viene batalla dura, clave acabar el año fuera del descenso para pasar sin angustia las Navidades y afrontar un mercado que promete curvas. Luz en el césped, eso es lo que importa ahora. Para eso será clave también Arnau.

Compartir el artículo

stats