"¿Cómo vivirás, Johnny?". Esto es lo que el coronel Trautman le pregunta a su pupilo después de que Rambo haya masacrado hasta al último ruso "invasor" en suelo afgano al final de la segunda parte de "Acorralado". Y éste le responde con un lacónico: "Día día". Así, día a día, jornada a jornada, sobrevive desde hace un tiempo José Alberto al frente de los destinos deportivos del Sporting. El técnico rojiblanco, una vez que cree que ha descubierto al topo que filtra sistemas, alineaciones y demás, se salvó de la trituradora tras el empate a nada ante el Mirandés. Pero la mejoría en Anduva no asegura nada a "Johnny" Alberto, que de aquí a final de año y de la primera vuelta -le quedan por delante Ponferradina, Lugo y Extremadura- tiene varios puntos de partido que salvar para poder pensar más allá del "partido a partido". El próximo "día a día" de JA pasa por El Molinón. El sábado llega la Ponfe y se verá si el consenso social que esgrime Torrecilla para defender la validez de su tercer proyecto resiste otro mal resultado en casa. La filosofía del que todo lo manda en la parcela rojiblanca es la de que si El Molinón puso a JA, debe ser El Molinón el que tome la decisión de cargárselo. Mientras, ante los accionistas del club, el presidente reconoce que en el consejo están "muy preocupados" por la marcha del equipo. Ahora que lo económico no da problemas, lo del balón no funciona... ¡mecachis!
Y esto, al margen de cabrear al personal y de generar vértigo a más de uno al mirar la clasificación, complica la hoja de ruta de JF. La propiedad, enamorada ahora de los proyectos largos tras los desamores de las últimas temporadas con entrenadores y directores deportivos, tiene en mente mantener el idilio con Torrecilla unos cuantos años más. Por eso el consejo -al menos el que manda- cruza los dedos para salir del socavón cuanto antes, enlazar unas jornadas de tranquilidad y cuando el horizonte sea menos turbio, anunciar que el club y Torrecilla renuevan sus votos matrimoniales.
Aunque no habrá convite si el Sporting sigue empeñado en no ganar, por ejemplo, este fin de semana ante la Ponferradina. Será el día en el que se verá si se mantiene la apuesta por los repatriados -alguno ya empieza a pensar que igual ha llegado al final del camino- o si volverán a tener su oportunidad Pedro, Gragera y Bertín (ahora Berto). Es lo que tiene el "día a día" en el Sporting, donde ya se ha instalado la costumbre de cambiar de sistema, hombres y nombres dependiendo de la que esté cayendo. Es lo que tiene vivir "día a día".
