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El seny de Valverde

Sobre la elegancia del cacereño tras ser despedido como entrenador del Barcelona

Poner en la calle a un entrenador que lleva al equipo líder de la Liga tiene su punto de audacia directiva, se necesita estar muy seguro de las razones que te asisten en ese preciso momento para tomar tan drástica decisión. Pues así iba Ernesto Valverde en la tabla clasificatoria, primus inter pares. Primero, aunque empatado a puntos con el Real Madrid. Dicen como argumentario los analistas que la drástica decisión se venía gestando con estos nombres propios: Roma, Liverpool? y ahora la caída en el King Abdullah Sports City, en la ciudad de Yeda, en Arabia Saudita, en la Supercopa de España ha sido la gota que colmó el vaso. Insoportable situación para Josep Maria Bartomeu, que llamó a la puerta de Xavi y luego a la de Koeman en busca de sustitutos. A la tercera, encontró una respuesta afirmativa: Quique Setién reemplazará al extremeño.

Que el partido ante el Atlético fuera el detonante de la salida del técnico retrata cómo van las cosas en la directiva azulgrana. Los de Messi dieron un recital de buen juego, y solo las extraordinarias y repetidas intervenciones de Oblak y las sorprendentes decisiones del VAR, anulando goles, permitieron llegar vivo al equipo rojiblanco a ese cuarto de hora final, en el que aprovechó el desplome rival. Cogido el rábano por las hojas, entrenador a la calle y quiebra de la estabilidad mantenida desde 2003 con los entrenadores. Curioso que hasta el prudente Iniesta señalara que las formas del club eran dolorosamente irrespetuosas. En su adiós, Valverde deja dos Ligas, una Copa y una Supercopa en las vitrinas tras dos años y medio. En este curso el liderato en Liga, está en octavos en Champions y deja también esa salida elegante del club que es todo un detalle de seny del cacereño.

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