Catorce partidos. Eso es lo que queda para que finalice la temporada más sufrida desde la vuelta al fútbol profesional del Real Oviedo. 42 puntos en juego que marcarán el devenir del futuro, que hoy no es otro que seguir en la división de plata del fútbol nacional o volver nuevamente al punto de partida. Han sido unos meses extraños, con muchos cambios, con muchos rumores, con muchos comentarios, con muchos "dimes y diretes" que en definitiva, no ayudaron a nada. No es momento de buscar culpables, que seguro que los hay, es momento de pensar que, aunque no mucho, queda tiempo y los que hay, los que están, son los que lo pueden hacer. Lugo es la primera parada, la afición estará, como estuvo siempre. El martes ya estaban agotadas las entradas y no es fácil hacerlo con una situación así. Pero el Adn oviedista una vez más se impone a las adversidades. Se dice que nuevo técnico victoria segura. Yo quiero a un equipo comprometido, que busque la victoria desde el minuto 1 sin ningún tipo de especulación. Es momento de sumar y volver a sumar.

Los reproches, tanto si nos salvamos como si no, que se hagan en el pitido final en el último partido de Liga. Ahora no queda otra que empujar todos en la misma dirección y no tengo duda que así será.

Este equipo solo logró objetivos con una perfecta unión entre todos los estamentos que lo forman y en situaciones delicadas o con las alarmas encendidas como es la actual requiere que esa unión sea "inquebrantable".