La vida de un periodista está repleta de historias hermosas. Unas se exteriorizan y otras no. La de hoy, la que nos ha traído con el COVID-19, una pandemia o un confinamiento (quédate en casa) para mí ha llegado en el momento justo porque estaba sumando datos y más datos y necesitaba un respaldo médico especial que curiosamente me llegó de la mano del doctor Juan Antonio Corbalán.
Pasé cinco años de mi vida sentando pupitre con pupitre en el Colegio de San Viator junto a Corbalán. Los dos medíamos lo mismo y jugábamos al basket en el cole y en el Campeonato de Liga de Madrid, bueno él las metía todas y yo se las pasaba. Juanito llegó a lo más alto en nuestro deporte convirtiéndose en un mito de la canasta en el mundo y luego estudió Medicina, siendo hoy un cardiólogo muy cualificado.
Como los compañeros del cole no se pierden nunca, siempre hemos estado cerca el uno del otro. El deporte nos unió. Hoy solo utilizo sus palabras, publicadas en Marca, para apuntar también que hasta ahora lo que hemos hecho es escondernos de un virus. A eso le sumo que nos queda mucho tiempo para reconducir el mundo y, sobre todo, para poder movernos por las calles con normalidad como lo hacíamos antes.
Cuando en días como, por ejemplo, el 15 de abril LA NUEVA ESPAÑA nos confirmaba que en España han fallecido oficialmente 18.579 personas (algunos amigos o compañeros periodistas), lo mejor que se puede decir es lo que apuntó el doctor Corbalán: "Nadie me va a decir ahora que el baloncesto, el fútbol ni ningún deporte es una actividad de primera necesidad" o que "el derecho que tiene uno a correr no está por encima de su obligación de no poner en peligro al resto de la gente".
Dicho más claramente: lo primero no puede ser el fútbol, por mucho dinero que esté en juego en nóminas, fichajes, presupuestos o en contratos publicitarios. Si hay que remodelar el fútbol en su totalidad, sea este año, el próximo o el siguiente, se hace y se vuelve a empezar. Siempre después de acabar primero con el dichoso virus.
Y si eso pasa con el deporte rey, otro tanto se ha de hacer con el deporte de plata, el del pedal. Son varios los médicos especialistas los que ya me han dicho que no podemos tener ahora ni Tour, ni Vuelta, ni Giro. No habrá ciclismo porque nadie permitirá que se organice una gran fiesta ambulante por todo un país en torno a una serpiente multicolor compitiendo junto a un virus con corona, incluso aunque lo insinúen los dirigentes de la UCI.
Como este mundo que nos ha tocado vivir ahora a todos nosotros ha cambiado por completo, lo que hay que hacer es pensar en el futuro, planificarlo todo de forma correcta y trabajar por y para él. Lo digo por los deportistas y por todos los periodistas deportivos que tenemos que contárselo a todos ustedes por los siglos de los siglos. La Vuelta Ciclista a España, por ejemplo, que ha tenido que luchar muchísimo para salir adelante año tras año, tendrá que trabajar ahora con la ayuda de todos nosotros para ver cómo esa etapa reina, por ejemplo, que estaba programada para el 29 de agosto entre Villaviciosa y Somiedo se pueda hacer en el 2021 o en el 2022 o en el 2023, pero se pueda hacer con miles y miles de personas a los dos lados de la carretera de la hermosa subida a La Farrapona y con las cámaras de televisión de testigo.
Y si hablamos de fútbol, lo mismo. Si se tiene que esperar, se ha de esperar. Lo primero es lo primero: la vida de todos nosotros. Estamos escuchando en las emisoras de radio -que están realizando un trabajo sensacional- que no se para de hablar de ascensos y descensos en el fútbol español, de una final de Copa de Rey, también de la Champions, e incluso de que los futbolistas que practican un deporte de contacto once contra once quieren ir a entrenarse de dos en dos y sin rozarse. Igual que la actualidad colocó en nuestro camino a Juan Antonio Corbalán puso también hace unos días a un futbolista que está siendo una de las grandes estrellas de la Segunda División española en el Elche: Nino (Juan Francisco Martínez 10/06/1980). El veteranísimo pero juvenil en ilusión Nino fue claro y contundente. Sus palabras fueron estas: "Tengo a mi mujer y a mis dos hijos, y no quiero traer un problema a mi casa. Por muchos controles que haya en el fútbol hay mucho contacto entre jugadores, y ahora mismo el fútbol no es una prioridad". Resumiendo, lo dicen ellos que de esto saben un montón. Yo lo comparto.
