El Sporting inicia mañana su cuarta semana de pretemporada con prácticamente los mismos que finalizaron una extraña campaña que no dejó satisfecho a nadie. O al menos así debería ser, pero en el universo rojiblanco nunca se sabe. A la espera de que la "operación salida" que pilota Javi Rico arranque de una vez, el debate de estos días en la nave rojiblanca y planetas circundantes versa sobre los laterales. Los carriles diestro y siniestro son una de las posiciones que los pensadores del nuevo modelo deportivo rojiblanco quieren reforzar. Los creadores de mitos ya ven a Pablo García, Guille Rosas o a David Argüelles como la mejor solución antes de importar "talento" foriato. Los amores de verano son así, y más en Gijón gracias a la brisa marina que recorre la ciudad desde La Guía al Club de Regatas. Luego, cuando llegan los anuncios de turrones y las muñecas de Famosa se dirigen al portal, no hay quien levante la libido del personal: el desamor se impone y nadie vale. Cierto es que a los que apuestan por dejar todo en manos de los jóvenes valores no les falta razón. También lo es que, antes que reforzar la retaguardia, tocaría acertar de pleno con lo que pueda venir para la vanguardia. Lo poco visto hasta ahora muestra que el Sporting de Gallego sigue teniendo problemas de olfato. Pero nada de lo que ocurre en pretemporada se puede tomar como termómetro de la que se avecina: ni para lo bueno, ni para lo malo. Los únicos que mantienen el pulso y la temperatura vital son los creadores de mitos. Nada nuevo bajo el sol.
