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Pablo González

EN TERRITORIO COMANCHE

Pablo González

Mboula, Djuka y la tormenta

Una ligera brisa comienza a soplar por Mareo, a hinchar las velas de la goleta rojiblanca y a enfilarla hacia la nueva temporada. El Sporting ya da señales de vida en el mercado, en estado vegetativo por el covid. Javi Rico tiene en sus redes al extremo, la posición recurrente en el debate a ras de suelo y que debe dar alegría al juego de ataque de los gijoneses. El elegido para repartir sal y pimienta en forma de velocidad y asistencias es Mboula, en otro tiempo perla del Barça al que una lesión le impidió progresar en el Mónaco. Los que le conocen cuentan que se ganó un alto caché siendo todavía juvenil, pero que su proyección se ha estancado. Quienes más le quieren están convencidos de que Gijón será una buena plaza para que explote. Jordi también convence en la casina de cristal. ¿Por qué? Pues porque hay quien sigue creyendo que Djuka demostrará algún día que vale los 2,5 millones que costó. Dicen que lo que ha ocurrido hasta ahora es que el estilo de juego del equipo no ha acompañado al balcánico. Por eso se busca gente rápida que sirva al serbio balones dentro del área y al pie para que demuestre lo que vale. Pero antes de que los complementos al "9" firmen hay que agilizar las salidas. El problema es que los descartes no tienen prisa. Huele a culebrón. En ese caso sí que no servirá con una ligera brisa. Igual alguien va a tener que arrodillarse para orar e implorar a los dioses vientos tormentosos.

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