Los grandes del fútbol asturiano enfilan el camino hacia la segunda jornada después de una semana en la que ha habido de todo. El Oviedo de Arnau ya tiene cerrada la plantilla salvo saldo de última hora; el Sporting de los "Javis" Rico y Fernández sigue con la escoba barriendo a los descartes para hacer sitio a lo que pueda llegar tras robarle al Partizán al serbio Cumic. Dos vecinos -prosiguen sin dirigirse la palabra desde la crisis de los urinarios- que habitan en el mismo bloque de La Liga y que sufren problemas similares para cuadrar sus cuentas a finales de mes por eso del covid, aunque con soluciones bien distintas a la hora de afrontarlos. Por mucho que lo nieguen, ambas entidades viven pendientes una de la otra, y no solo por el rabillo del ojo. Cuando unos enseñan músculo financiero otros aprietan las mandíbulas para que acabe cuanto antes el día. Unos lo hacen a base de inyecciones directas y otros a golpe de traspaso. El problema para el Sporting es que este año no acaba de aparecer quien pague unos buenos kilos por el producto exhibido en el escaparate, que prácticamente es todo el que hay en la tienda. Casi todo está fiado a las salidas y a la tijera a la espera de que Rico encuentre compradores para uno (o varios) de los niños de oro. Y a la vez busca un lateral izquierdo. Gusta Saúl García, pero cobra una pasta para el nivel en el que ahora se maneja el Sporting. Dentro de unas semanas igual sobran los billetes, o no. Cosas de la vida y del "fúrgol", en el que hay maneras de vivir, maneras de gastar y maneras de fundir.
