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Crítica / Música

El Nacho Vegas más natural

Un año más, "Los íntimos del Botánico" ofrecen la posibilidad de ver a artistas de renombre en el panorama nacional con un formato acústico y en un entorno particular. El ciclo es un éxito desde hace varios veranos, y esta edición va camino de marcar récords de asistencia ante la buena acogida que esta propuesta está teniendo en la ciudad. Nacho Vegas fue el encargado de abrir este año, y horas antes del concierto todas las localidades estaban agotadas. Este cantautor gijonés llena en medio mundo, y ya es profeta en su tierra.

Centenares de seguidores se encaminaron en un largo paseo por los senderos del Jardín Botánico Atlántico la tarde del pasado jueves hasta llegar a un claro del bosque, en el que un sencillo escenario aguardaba rodeado de naturaleza. El tiempo acompaño y, mientras iba cayendo la tarde, Nacho Vegas y su banda subieron al escenario acompañados del coro "Al alto la lleva". El concierto comenzó con temas de su último álbum "Resituación" (2014), como "Polvorado", "Ciudad vampira" y "Runrún", que sonaron con una instrumentación cuidada, minimalista, incluso preciosista. Pop hecho con buen gusto y cuidando los timbres en una sabia combinación de teclados, acordeón, percusión y ukelele. Sobre este colchón, las voces recordaban inevitablemente a Leonard Cohen, con el tono grave y casi recitado de Vegas y el refuerzo de la coral. Una sonoridad que engancha y permite disfrutar de las letras, historias verosímiles y agudas reflexiones que ayudan a ver la cotidianidad de forma diferente.

Vegas canta a una generación que se ve identificada en los versos de sus canciones y que comparte el compromiso social y político de piezas como la "Canción para la PAH", un tema contra los desahucios construida en parte con la melodía de "Whisky in the jar", o "Cómo hacer crac", para muchos banda sonora del 15-M.

Los guiños a la llingua y a la tradición musical asturiana son habituales en la obra de Vegas el jueves lo evidenció con "Taberneros", inspirada en una melodía popular llanisca, y las referencias locales a la ciudad de Gijón inundan todos sus temas. Y es que Nacho Vegas podría llevar el título de "embajador underground" de la villa, ya que ha conseguido que miles de seguidores en todo el país y parte del extranjero conozcan y canten un Gijón bien diferente al de Vicente Díaz.

Cerró el concierto con "La gran broma final", uno de sus temas más celebrados; pero el recital aún no había llegado a su fin, la versión de "Vainica Doble" "Déjame vivir con alegría" y otro de sus grandes éxitos, "El hombre que casi conoció a Michi Panero", sonaron como propinas. Para entonces la noche ya era cerrada y los asistentes volvieron sobre sus pasos para perderse en la penumbra del Botánico camino de la salida.

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