Javier Fernández ha participado al rey Felipe VI sus prioridades regionales y su plan federal para la siguiente legislatura según las crónicas. Estaría bien, y suponemos que así lo harán sus nuevos consejeros oportunamente, que también presentaran a la opinión pública asturiana los objetivos de presupuesto y gestión del gobierno asturiano para los próximos cuatro años. Así por ejemplo, si han cambiado a los consejeros de Sanidad y Educación estaría bien saber qué es lo que se quiere cambiar o mejorar, tratándose de ámbitos sociales fundamentales y en los cuales están transferidas las competencias de gobierno. De vez en cuando hay quien propone volver a recuperar esas competencias en exclusiva por parte del Estado central. La cuestión no es tanto volver al centralismo como considerar la manera de conseguir una administración más eficaz, para lo que acercarla a los administrados puede resultar positivo, pero no podemos estar con 17 reinos de Taifas educativos o sanitarios; con la salud no se juega a feudos y fronteritas. ¿Qué es eso de que una persona sea considerada "desplazada" dentro del territorio nacional, y víctima de la burocracia en asignación de médicos o vacunas? Un Estatuto Docente Nacional, con rigor y transparencia para premiar desde la igualdad de derechos y deberes en todas las regiones de España, además de la antigüedad, el mérito y la implicación, y una tarjeta sanitaria común efectiva parecen imprescindibles para una correcta coordinación. Y eso que ya en España tenemos la segunda esperanza de vida más alta del mundo, probable mérito también de nuestro clima y alimentación.
En materia de Educación regional un reto para esta legislatura debe ser la aplicación cotidiana de las nuevas tecnologías en las aulas, difundir programas y materiales, y usar la electrónica para simplificar la burocracia en vez de complicarla. No se trata de regalar un segundo ordenador a los hijos de los ricos, como se puso en práctica en tiempos del presidente Zapatero, las becas y los dispositivos deben facilitarse proporcionalmente a las necesidades y los ingresos de los beneficiarios: ¿por qué hay que regalar medios a los ricos con los impuestos de los pobres? Los libros de texto y documentos, en papel o internet, deben ser actuales y flexibles. Eso de no subrayar los libros siempre me ha parecido un despropósito. ¿Se imaginan un cirujano que tuviera por objetivo principal no manchar de sangre los bisturís o las gasas? Parece claro y evidente que el objetivo debe ser curar al enfermo, y para ello emplear los recursos disponibles. De la misma manera el objetivo en la enseñanza no puede ser tener los libros impecables a final de curso, la meta de la enseñanza es el aprendizaje y la preparación para avanzar en las competencias académicas y sociales, y para ello los cuadernos, libros y tabletas electrónicas son los medios o herramientas a utilizar, cuanto más los usemos adecuadamente y más jugo los saquemos, señal que nos han sido más prácticos. Muy por el contrario, subrayar y colorear, como hacer esquemas y anotaciones, sumados a ilustraciones y vídeos puede hacer más dinámico, ameno y participativo el aprendizaje.
Esta planificación de la enseñanza y sanidad no significa solo gastar todo lo que nos apetezca, pues el despilfarro nos volvería a abocar a recortes contraproducentes. Ello debe cuadrar con el objetivo financiero establecido, para no superar el déficit público anual desde el 0´5% en 2015 al 0´3 en 2016 y 0´1 en 2017 en las comunidades autónomas españolas, para lo cual hay que considerar los ingresos obtenibles, los criterios de actuación y las inversiones prioritarias. Primero habrá que valorar el aumento de la recaudación fruto del mayor crecimiento económico del PIB nacional y regional y, una vez hecha la nueva composición de lugar en cuanto a los medios disponibles, trazar las metas a conseguir cada año, y por consiguiente los caminos más eficientes para avanzar y los pasos presupuestarios para alcanzarlos. Asturias debe acelerar su paso para no quedar descolgada en la recuperación en marcha. Nuestro Estado autonómico es ya de hecho un sistema federal en cuanto a amplia descentralización, y Cataluña o País Vasco tienen la mayor autonomía de su historia. La diferencia es que en el autonómico el Estado central cede competencias a las regiones luego más autómomas, y en el federal los estados previos ceden competencias a un poder superior común. En la Europa del siglo XXI, del euro e internet, ¿tiene sentido hablar de independencia o aislamiento? El objetivo de la política no debe ser crear problemas sino resolverlos, lo cual justifica su propia existencia para una mejor organización de las normas de convivencia, libertades individuales y prosperidad social.
