Desde hace un tiempo están apareciendo plataformas y asociaciones en defensa de las pensiones que demuestran que existe una preocupación real en la ciudadanía, por un asunto trascendente para los actuales como para los futuros pensionistas. Bienvenida sea esta marea de abuelos y abuelas que junto con jóvenes y trabajadores defienden el Estado del bienestar en el único sitio que entienden los gobernantes, la calle.
Pero en todo este movimiento hay algo que chirría bastante: para alguno el objetivo es combatir, anular e insultar a los sindicatos mayoritarios. Incluso he oído decir que si "suben" las pensiones el 0,25 % anual es porque lo firmaron las centrales sindicales. Supongo que será por ignorancia política, pues la última reforma del sistema fue impuesta por la mayoría absoluta del PP, sin contar con el apoyo ni la conformidad de los partidos de la oposición y desde luego con el rechazo de CC OO y UGT.
Es verdad que la reforma del 2011 del PSOE ya había establecido ampliación de la edad y de los años para el cálculo, pero la siguiente de 2013 de Rajoy empeoró estos parámetros y nos condenó al 0,25% por muchos años como única "revalorización", además de bloquear con su mayoría cualquier iniciativa en la Comisión del Pacto de Toledo y vaciar sin otra alternativa el Fondo de Reserva.
Cualquiera puede consultar la página web de la Federación de Pensionistas de CC OO de Asturias y comprobar como desde hace más de seis años nos venimos movilizando -casi siempre en solitario- en contra de todas estas reformas y por una sanidad pública universal. Por ello nos consideramos perfectamente legitimados para encabezar las protestas actuales y llevar nuestras banderas, pues estamos orgullosos del trabajo realizado.
