Me dirijo a usted públicamente para intentar persuadirla de que abandone la política activa. José María García manifestó que "a la política va el que no vale para otra cosa o el que viene a forrarse". Y yo creo que ése no es su objetivo. Antonio Gala dijo que "la política es una persona que se contrata para la limpieza de nuestra casa y deja la suciedad debajo de las alfombras". Su tiempo no tiene precio, no lo malgaste en plenos de chigre -se puede seguir lo que digo por televisión-. Ediles de bajo nivel político y resentidos sociales -sus declaraciones en los medios de comunicación así lo avalan-, más el acoso y derribo de un multititulado cronista de prensa, que si de él dependiera sería usted responsable de la falta de arena de la playa.

Que no le coman el coco. Hay otros seres humanos que sí necesitan todo el tiempo que usted les pueda dedicar, doctora Moriyón. Y para terminar, una cita de Quevedo: "La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come". Insisto, doña Carmen: está usted por encima de esta circunstancia de la vida. Deje la política.