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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Negros tiempos pasados

El fin del carbón y la ridiculez de pedir una prórroga a estas alturas

Se acaba el negro carbón de una vez por todas y el líder socialista provincial pide, rodeado por lo que resta del otrora poderoso SOMA, una transición energética justa. ¿No ha habido desde antes incluso de la desaparición física de Franco -bajo cuyo mandato se inventó Hunosa- suficiente lluvia de millones? La cara dura de los "defensores" del carbón no tiene límites. Ahora que ya parecía extinguida la cosa, todavía nos vienen en demanda de más tiempo o, como el inefable Barbón demandó, una transición justa lo que viene a significar más millones. Sí es verdad, a esta tierra nuestra le ha tocado la parte mala del invento, pero no es menos cierto que poco se ha hecho por cambiar el rumbo de las cosas en los últimos sesenta años. Llegada la democracia nos tocó quedarnos con una empresa pública manipulada por la parte más bronca y chantajista del sindicalismo patrio, el del SOMA, que se apropió del PSOE en casi toda Asturias y condicionó de manera terrible la política regional con la más descarada dilapidación de dinero destinado a la reconversión. De ahí que ahora nos encontremos ya sin el carbón y naturalmente sin reconvertir. Por ello es un gran cinismo venirnos a estas alturas a contarnos aventuras de justicias e injusticias: el carbón es el combustible más contaminante y se le ha puesto fecha a la finalización de su consumo. Por eso es un desahogo muy grande que se nos venga a estas alturas a pedir tiempo y que gestores públicos, con mejor o peor intención, intenten ablandar la postura firme y coherente que ha decretado el recién llegado gobierno de España. Éstos no son los tiempos en los que un Fernández Villa telefoneaba a su colega Alfonso Guerra y pedía árnica. Esos tiempos ya pasaron.

El programa de Foro en Gijón, en un grado de ejecución "muy alto", dice Pedro Leal, la nueva marioneta que Álvarez-Cascos Fernández ha colocado como mandamás provincia del Foro de su propiedad. Pues el nuevo leal títere ha dejado unas cuantas perlas. La primera es esa de la crecida ejecución de un programa prácticamente inexistente, por lo que no tiene mérito alguno haber ejecutado la nada, más bien le ha dado matarile a la evolución y progreso de esta pizpireta villa marinera. La segunda broma es que, antes de volver a la capital, nos dejó a la cirujana Moriyón como ejemplo de gobernante dialogante. Y en eso, mire usted, hay que darle a la razón: no para de darle a la húmeda, pero a continuación con la misma rapidez con la que promete, se olvida y las cosas siguen paradas y los peticionarios con tres palmos de narices.

Reelección de Mario Suárez, del Podemos local con corriente, que se ha vuelto a imponer, si no abrumadoramente, sí con una cierta holgura, lo que hace prever que tendremos más de los mismo y que, tras marear la perdiz, tendremos más de lo mismo: moriyonismo casquista en el poder local hasta el final del mandato con el apoyo subrepticio de quienes lo han venido siendo desde el inicio de la entente en 2011: los podemitas de la rama CSI. Ya pueden esperar sentados tanto el concejal Aurelio como los principiantes de la directiva local socialista.

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