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Obituario

La ausencia de Atilano Magadán

Último adiós a uno de los más veteranos de "Puente de Mando"

Casi como una premonición, nos conocimos en León, donde yo entonces trabajaba. Atilano me visitó con otro gijonés por asuntos profesionales. Al poco tiempo me trasladé a este paraíso asturiano por razones profesionales, y como no podía ser de otra forma, al enterarse de mi nuevo destino, fue uno de mis apoyos en la adaptación al nuevo hábitat.

En aquella época se gestó la peña "Puente de Mando". Atilano fue uno de los padres de este concierto de amigos, que ha venido reuniéndose todos los últimos jueves de mes tras un mantel distinto, donde el centro es la amistad y la tertulia compartida con buenos alimentos, para, con ello disfrutar de una de las mejores distensiones que nos ofrece la vida. Qué duda cabe que ha habido entre ambos una gran confianza, por lo que las confidencias mutuas han sido protagonistas en numerosas ocasiones, abrazando con ellas nuestra relación de verdadera amistad.

Ha vivido 81 años intensamente sin que haya renunciado nunca a su patria chica: su querido Mieres que le vio nacer, localidad a la que en sus cánticos daba vida con su estilo de canción marinero y asturiano, con una voz potente y un acento privilegiado, dando a quienes teníamos la suerte de escucharle la sensación de estar al lado de una de las mejores voces no reconocidas en los escenarios.

En su vida profesional fue un hombre dinámico. Desde su preparación en maestría industrial, pasó por Renault en Valladolid y Francia. Posteriormente en Mieres, establece la distribución de la marca Renault. También tiene empleo en Ensidesa, Ford y posteriormente participa en distintas iniciativas empresariales.

De todo ello me hablaba en esas tertulias distendidas, que le desviaban de un dolor constante, ya que siempre encontraba una vinculación en la conversación para el recuerdo de la terrible pérdida de su hija Magdalena, con lo que siempre afloraba con su recuerdo alguna que otra lágrima.

Desde su enfermedad, ya hace algún tiempo, no ha dejado de asistir a la cita mensual, en alguna ocasión incluso haciendo un esfuerzo sobrehumano, donde mostraba su prioridad en la vida por la amistad ante todo.

En su funeral en la Iglesia de San Julián, estando presentes sus cenizas, cuando el coro cantó : "Te acuerdas Madre"?. y "Recé la Salve"? estoy seguro que desde el cielo, al lado de su hija, de la que nunca se desprendió en el recuerdo, se emocionó, como lo hicimos los presentes en el templo.

Atilano su hijo y su nieto Ángel tienen una referencia imborrable de este hombre bueno, cuyo recuerdo les servirá de consuelo ante su ausencia. Deja historia, mucha bondad, gran amabilidad, simpatía y sobre todo, le recordaremos, quienes hemos tenido la suerte de disfrutar de ser sus amigos, como una gran persona. Descansa en paz, amigo Atilano Magadán.

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