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Gijoneses ilustres

Reconocimiento a Victoria Aguirre y Sabino García Vallina

No hace falta remontarse a siglos atrás para encontrar a gijoneses dignos de figurar en las listas de los personajes que nos hacen sentirnos orgullosos en la misma ciudad. Ya sé que no son todos los que están pero afortunadamente sí se les ha reconocido su valía ahora. Me refiero a M.ª Victoria Aguirre y Sabino García Vallina.

A M.ª Victoria Aguirre, el Ministerio de Educación francés le ha concedido la segunda condecoración más importante de Francia, la de las "Palmes Academiques" en la categoría de Chevalier, en reconocimiento a toda una vida dedicada a la enseñanza y el conocimiento de la lengua francesa, Francia, sus costumbres, su literatura, su historia desde su cátedra de francés en el Instituto Jovellanos primero y desde la Presidencia de La Alianza Francesa después.

M.ª Victoria y yo fuimos compañeras desde nuestra más tierna infancia, estudiamos juntas en el Colegio de la Asunción. Coincidimos en los primeros años comunes en la Universidad de Oviedo. Después no nos vimos una temporada, ella se fue a estudiar a la Universidad de Salamanca, yo me quedé en Oviedo. Andando los años ella volvió a Gijón, ya casada y con dos niños, a enseñar en el Instituto Jovellanos, ella francés, yo inglés. Y a partir de entonces siempre hemos estado en contacto. Hemos compartido alegrías, penas y trabajos. Hemos colaborado en los intercambios que realizábamos con nuestros alumnos. Yo la acompañé a Niort y Lorient, ella vino conmigo a Londres. Nos complementábamos muy bien, nos ayudaba nuestro interés por la enseñanza y nuestro amor por los alumnos. Nos acontecieron tantas cosas que necesitaría tres periódicos para contarlas. En el intercambio con Londres estuvimos en una casa en donde casi no nos daban de comer, en dos semanas adelgazamos un montón las dos. Recuerdo que a veces la señora nos hacía una tarta y nos ponía azúcar al lado porque no le echaba azúcar, lo tomábamos con humor y nos entraban unos ataques de risa que no podíamos parar.

Ya en la Alianza francesa yo me uní a su junta directiva y la ayudé con placer siempre que pude, por supuesto ella trabajaba el doble pero yo lo hacía feliz porque me encantan las lenguas y las diferentes culturas. Tenemos el taller Condé que comenzó Beatrice Vacher y siguió M.ª Victoria. Una vez nos pidieron que fuéramos a Albi en donde había un simposio para hablar de reinas olvidadas. M.ª Victoria babló de la reina asturiana Adosinda, una mujer excepcional. Yo hablé de la reina Urraca, hija de Alfonso VI, otra mujer de coraje pero también olvidada. Teníamos que hablar en francés, lo hicimos. Para Toya, ningún problema, y yo con más moral que el Alcoyano, tuvimos un gran éxito. El alojamiento fue de carcajada por no llorar, nos dijeron que teníamos mucha suerte porque íbamos a ir a casa de Mme. Sylvain, que vivía en un chalet recién construido. Resulta que no estaba acabado, había que entrar pisando piedras y hierros y no nos matamos de milagro. Una vez dentro resulta que la suegra había llegado a pasar unos días y había ocupado nuestra habitación, así que nos bajaron al sótano, nos metieron en un trastero con un sofá cama que cuando nos sentamos se nos cerró en nuestras espaldas. No había armario pero a mi lado de la cama había un taburete, así que dije "éste para mí" para poner la ropa. La pongo y se cae, tenía un agujero de abrigo. Nos entró tal ataque de risa que al final no sabíamos si llorábamos o reíamos. A pesar de todo lo pasamos muy bien, Albi es precioso.

Me siento tan orgullosa de esta condecoración que le ha impuesto a M.ª Victoria el cónsul de Francia, Sameh Safty, como si me la hubieran dado a mí. Además se la impuso en el Real Club de Tenis de Gijón, un lugar muy querido para mí porque mi padre fue uno de los fundadores. Todo salió estupendamente, cantó el coro de la Alianza en el que también participa M.ª Victoria, canciones francesas con un gusto exquisito. Allí estábamos las amigas y compañeras de M.ª Victoria de toda la vida, sus dos hijos orgullosísimos de su madre. El domingo en el Botánico, donde el cónsul plantó un árbol, nuestra querida Alcaldesa, Carmen Moriyón nos acompañó queriendo ratificar con su presencia la alegría de que Francia haya reconocido la valía de una gijonesa ilustre.

El mismo viernes otro gijonés ilustre el empresario y presidente de TSK, Sabino García Vallina recibió el premio "Álvarez Margaride" a la trayectoria empresarial 2018. A través de personas que trabajan en su empresa le conozco desde hace tiempo y siempre le he admirado. He rogado muchas veces que surgieran muchos más empresarios como él en Asturias. Ha sabido hacer una gran multinacional sin tener que esperar a que viniera alguien de fuera a ayudarle. Una de sus frases es que va siendo hora de que se den soluciones a los problemas que ya están identificados. Sabino adora Asturias y por eso no la abandona nunca, pide que los asturianos que tenemos tantas cualidades y nos crecemos cuando vamos fuera, nos crezcamos también aquí. El premio le fue entregado en el club de golf de Castiello y allá estaba la flor y nata de los empresarios asturianos, los políticos y por supuesto su familia. Ojala que alguno de los que estaba allí aprenda la lección de Sabino. Enhorabuena a M.ª Victoria Aguirre y Sabino García Vallina, vuestros merecidos galardones nos hacen felices a los gijoneses. Larga vida a los dos.

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