La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Investigador teatral

Eladio Sánchez, un legado imborrable

Repaso a las andanzas y logros de un hombre comprometido con y por el teatro

En la madrugada del pasado viernes, nos dejaba Eladio Sánchez Sánchez (Gijón 1931-2018), sin duda uno de los grandes protagonistas del teatro hecho en Asturias. En los últimos treinta años, lo conocimos como actor y director de la Compañía Asturiana de Comedias y uno de los impulsores del resurgimiento del Teatro costumbrista asturiano y que nunca en el último siglo contó con tanta aceptación y éxito de público. Eladio Sánchez había nacido en una familia "muy escénica". Su madre, Aurora Sánchez de Arriba, fue la gran dama del teatro asturiano y casada con Eladio Sánchez, apuntador de la Compañía Asturiana; su tía Parmenia, fue actriz y tiple en la Compañía Asturiana y su tío Luis, formó parte del conjunto vocal, Los Farapepes. No iban a ser estos los únicos lazos familiares con el teatro hecho en Asturias: Pili Martínez Ibaseta, su compañera de toda la vida (fundadores de "La Máscara", "Gesto", "Esquilo") y el hijo de ambos, Norberto Sánchez Martínez, joven actor de la refundada Compañía Asturiana de Comedias. Sin duda una saga teatral de primer orden.

En esto del teatro siempre hay un primer momento, un primer papel. El martes 16 de junio de 1953, en el Teatro Robledo de Gijón, Eladio Sánchez debutaría encarnando a Quilo, un "galán joven", en la obra de José León Delestal: "Campanina". Y qué mejor momento para el debut que esta puesta en escena de la "auténtica" Compañía Asturiana de Comedias de Rufino Peña y Aurora Sánchez (primer actor y director y primera actriz), y cuyo singular nombre dejaba a las claras el complicado momento por el que pasaba la familia del teatro asturiano, desde la patrimonialización de la Compañía Asturiana por parte de Eladio Verde, tras la muerte de su gran líder José Manuel Rodríguez en 1946. Muy pronto, Eladio iba a tomar parte de un proyecto que daba satisfacción a una vieja aspiración de la farándula asturiana: llevar a América, para la numerosa colonia asturiana, el teatro vernáculo que durante tantos años venían realizando, con total entusiasmo y desigual fortuna. Para tal fin, hacía falta un empresario que soltase una buena pasta, exactamente 500.000 pesetas; y el arriesgado emprendedor era el hostelero local Manuel Suárez Balbona.

La compañía embarcó en El Musel, el jueves 28 de octubre de 1954, en el buque correo "Monte Arnabal", rumbo a América y su objetivo era recorrer varios países de América Latina: de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico (en los que sí actuaron) a Tampa (Florida, EE.UU.), Venezuela, México, e incluso Argentina? Los términos de los contratos eran razonables: los gastos de los viajes y manutención, corrían a cargo de la empresa que también aseguraba un monto por día trabajado y otro diferente cuando no hubiera función. Eladio Sánchez, como miembro del "Cuarteto Covadonga" y actor de reparto, cobraba 80 pesetas (2 $) por día trabajado y la mitad en caso de no tener actuación, a modo de dieta. Un billete de autobús costaba 10 céntimos de dólar y una cena barata, un dólar.

No es lugar para entrar en detalles, pero lo que en principio parecía un sueño, se convirtió en una auténtica pesadilla para las 18 personas que participaron en la empresa. En total fueron 269 días, incluidos los navegados de vuelta, en una especie de repatriación organizada desde el Consulado Español en Puerto Rico, ya que Suárez Balbona no renovó los contratos de seis meses que había firmado con sus empleados, y, tras disolver la Compañía, se vino para España con los pasaportes de todos ellos en el bolsillo, dejando a dieciocho personas en Puerto Rico, sin un duro y sin documentación. Un duro golpe del que costó reponerse.

Eladio era un chaval y volvió a su teatro en "Educación y Descanso" del Hogar del Productor de Gijón, en donde un conjunto de jóvenes aficionados inician un camino propio que, arrancando del costumbrismo asturiano, iba incorporando otros "humorismos" como el de Muñoz Seca, Arniches, Tono, así como obras dramáticas, clásicos y algún autor extranjero, como "La cuerda", de Patrick Hamilton, en la que Eladio encarnó a Brandon. En breve plazo, ellos iban a ser los encargados de renovar profunda y esencialmente el panorama teatral asturiano, con la creación de "La Máscara" en el Ateneo Jovellanos en 1957. Era lo que se llamó Teatro de Cámara y Ensayo, amparado por una legalidad muy restrictiva en cuanto a su difusión, al público al que se dirigía, los lugares de exhibición, el número de funciones y, por supuesto, las censuras previas de textos y autores.

Eladio Sánchez fue una pieza fundamental de "La Máscara", encarnando siempre papeles protagonistas. A "La Máscara" se le debe el primer montaje asturiano de una obra de Valle Inclán: "La Marquesa Rosalinda"; haber montado, incluso traducido, a los autores más significativos de las vanguardias europeas como Beckett, Ionesco, Anouilh,... También a Arthur Miller, Williams, O'Neill; autores españoles como Alfonso Sastre, Carlos Muñiz, Buero Vallejo, Arrabal... La experimentación en técnicas de la pantomima con el montaje de "¿Quiere Ud. Jugar conmigo?", de Achard en 1959 y otras muchas iniciativas absolutamente novedosas en el panorama teatral español.

En el Ateneo Jovellanos, coincidieron con un nutrido grupo de jóvenes interesados por cualquier tipo de manifestación cultural de nuevo cuño, que pronto pondrían en marcha un conjunto de iniciativas como el Cine Forum, o un Jazz Forum. Entre aquellos "Pioneros del Ateneo", se encontraba José Luis García Rúa, del que partió una iniciativa pedagógica que rompía con la estructura clásica de dominación entre el enseñante y el enseñado y que se plasmó en la Academia del Sótano de la calle Cura Sama, tras la negativa del Ateneo a cederles un local. Desde la propia "Máscara" se crea en 1960, "Gesto Teatro de Cámara", que significaba la culminación de un proceso de maduración y compromiso de aquellos jóvenes que abandonaban cierto culturalismo esnob y catastrofista, por un realismo más eficaz y optimista. La implicación de Eladio Sánchez en la puesta en marcha de "Gesto Teatro de Cámara de Gijón" quedó clara en su primer acto público: una conferencia sobre "El Teatro de compromiso" impartida por el periodista ovetense Eduardo G. Rico y que Eladio presentó en el Salón de la Escuela de Comercio de Gijón, repleto de un público al que animó a "participar en el sostén de la Sociedad Gesto". Eladio siguió colaborando con "La Máscara" y, junto a su compañera Pili Ibaseta, sondearon la vía profesional por un tiempo breve, de la mano del dramaturgo Pepe Sanchís Sinesterra y de su Agrupación Dramática de Valencia, muy vinculada a la Universidad, sin mucho éxito.

El montaje de "La camisa", de Lauro Olmo, supondría la cima del grupo en sus compromisos "ideológicos" y escénicos. Se estrenó el 4 de septiembre de 1963, en el Teatro Arango de Gijón en el marco del I Festival de Teatro Contemporáneo, del que salió la llamada "Declaración de Gijón": decálogo reivindicativo y renovador del "Nuevo Teatro Español", que estaba dándose al margen de la "escena oficial". Su cierre gubernativo en 1965 acabó con una de las primeras asociaciones teatrales independientes del Estado y la dispersión de sus miembros, desgastados y enfrentados. Los escasos ánimos que le quedaban a Eladio Sánchez los invirtió formando parte de "Esquilo Teatro Experimental de Gijón" durante sus dos años de vida: 1964 y 65.

Habrían de pasar más de dos décadas para que nuestro querido Eladio volviese a hacer teatro. Junto con algunos viejos compañeros y compañeras de la Compañía Asturiana de Comedias, decidieron refundarla y el 19 de abril de 1986, en el Polideportivo de Luarca, reaparecen con "Los rapazos cantariegos" y "Los figos de San Miguel", dos obras cortas de otro veterano: Arsenio González, con quien compartió estas últimas tres décadas de Teatro Costumbrista Asturiano, que tantas satisfacciones da a quienes lo ponen en escena y a quienes lo ven.

Compartir el artículo

stats