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Crítica / Música

Las flautas marcan la pauta de esta edición

Una competición en la que el que más sale ganando es el público

Los concursos son eventos fundamentales para la promoción de jóvenes talentos; un simple vistazo al curriculum de cualquier músico permite comprobar el cariz legitimador de los concursos en los que ha destacado. Además, permiten acceder a escenarios de buen nivel y lograr un impacto mediático con la que respaldar una carrera musical. Pero los concursos también son competiciones, y los nervios, la presión y la certeza de que tu interpretación está siendo juzgada son parte inherente de ellos. El martes se celebraba la semifinal del VII Concurso Internacional de Música Antigua en el marco del festival, y no faltó nada de esto. Cuatro formaciones se disputaron el pase a la final y, más allá del resultado, el gran beneficiado fue el público, que pudo comprobar el rigor y el buen nivel de las nuevas generaciones, que garantizan el futuro de la música antigua en nuestro país.

La flauta fue el instrumento predominante en esta edición, y con flautas se abrió la semifinal; los primeros en actuar fueron "Vox Tremula", un trío de flautistas que optó por un programa variado y de marcada impronta renacentista para mostrar su dominio técnico y su capacidad para expresar. La chanson "De tous biens playne" fue la carta de presentación: buena articulación en los fraseos, diálogos equilibrados y una plasticidad en el tempo que se volvería a repetir en la "Calata alla spagnola" de Dalza, con un tema descarado por momentos. El cierre fue una muestra de virtuosismo con los veloces desarrollos sobre el ostinato de "La bergamasca".

Más complicado fue encontrar la compenetración en el "Dúo Acciaccatura", que el martes no tuvo su mejor tarde; el violín barroco no acababa de definir su sonido y no logró un equilibrio con la tiorba, que quedó desdibujada en un segundo plano. Faltaba fluidez en los desarrollos temáticos de las dos sonatas que interpretaron, ambas pertenecientes a un barroco tardío que exige más regularidad y menos desafíos al tempo.

Con "Ensemble Melante" volvimos a oír flautas. Optaron por un lenguaje plenamente barroco con obras de Marais y Telemann y, aunque todo sonó correcto y en su sitio, la interpretación quizás resultó algo plana. Buena definición de fraseos, diálogos entre voces bien conducidos, potencia en los graves del fagot y gracia de las flautas en los tiempos vivos. Resulta difícil poner peros a su actuación, si no es por un exceso de corrección.

Por último, "Ibera Auri" sorprendió con un repertorio de música ibérica y combinando voces y flautas para abordar obras con un marcado carácter popular. La buena configuración del programa, que aportó originalidad y narrativa a su actuación, se sumó a una interpretación equilibrada, con voces e instrumentos compensados y moviéndose con soltura tanto en el ámbito modal como en la tonalidad barroca. Las folías de Falconieri quedaron algo atropelladas, pero el golpe de efecto con "Trompicavalas amor" de Juan Hidalgo dejó un buen sabor de boca. Fueron ellos junto a "Vox Tremula" los seleccionados para la final. Sin duda, los premios estarán reñidos y las decisiones serán ajustadas, y eso es una buena noticia para todos.

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