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Moción de censura

Las causas del fracaso del intento de desbancar a Carmen Moriyón del principal sillón municipal

Es evidente que no habrá moción de censura en el Ayuntamiento de Gijón. También parece evidente que proponer esta moción a estas alturas de la película no era lo más acertado.

Ya se habló además, y mucho, de la unión de las fuerzas de izquierda para obtener la alcaldía de Gijón en su momento, cuando hubo que elegir alcalde, al final alcaldesa, en 2015.

No había mucha confianza entonces en la política de izquierdas que venía desarrollando el PSOE en Gijón desde hacía muchos años. Siendo muy benevolentes podríamos calificarla de centro, mas escorado a la derecha que otra cosa. El candidato que imponían los socialistas, su candidato, tampoco había demostrado grandes cosas, el típico personaje criado y forjado en el partido para ocupar puestos políticos que mantengan al partido para que pueda seguir criando y forjando políticos que mantengan al partido, y que en los ratos que les deje libre esta misión principal, se ocupen algo de la ciudad y de los ciudadanos. No sé si me explico, pero yo me entiendo y unos cuantos también lo harán. Era además un candidato repescado. En la planificación inicial del partido estaba destinado a la sección autonomías y hubo que recuperarlo dado el estrepitoso fracaso del candidato destinado a la sección municipios, que pasó de ser brillante delfín a cosechar el peor resultado en unas elecciones, bueno el peor resultado hasta entonces, porque el candidato que en 2015 proponía el PSOE lo superó? por abajo.

Con aquellos mimbres era difícil hacer un cesto y Xixón Sí Puede prefirió, en mi opinión con acierto, ir solo antes que mal acompañado.

Es cierto que desde entonces ha habido muchos cambios, alguno tan importante como la moción de censura legal, legítima y democrática que descabalgó del Gobierno a su presidente y al partido que lo sustentaba, partido que es hasta la fecha el único condenado por financiación irregular y cuyo futuro en los tribunales no parece muy halagüeño.

Pero ha habido más cambios. En el PSOE, el sector en el que se cobijaba el que pretende ser candidato a la alcaldía a través de esta moción de Izquierda Unida, sufrió una estrepitosa derrota en sus primarias pese a los manejos desde la cúpula de los que habían llevado el partido a una situación insostenible.

Tampoco la situación de Izquierda Unida en Gijón es para tirar voladores. Su empecinamiento en seguir el rumbo trazado desde tiempos inmemoriales, que les lleva a enfrentarse a las decisiones de su organización a nivel nacional, va camino de convertirse en un viaje hasta la derrota final.

Otro cambio importante es la fecha. Falta menos de un año para que se celebren las próximas elecciones, es decir, dentro de poco estaremos en plena precampaña si no lo estamos ya, con lo que la moción, de presentarse, no pasaría de ser poco más que testimonial.

¿Qué objeto tiene entonces una propuesta ya rechazada anteriormente cuando las condiciones incluso han cambiado a peor? En principio tengo que reconocer que pensé que era una ocurrencia, una ocurrencia provocada por el momento de euforia que supuso desalojar a M. Rajoy, perdón, Mariano Rajoy, que siempre los confundo, del Gobierno.

Sin descartar esta posibilidad, tengo dudas de si fue así o fue algo premeditado para poder justificar la poca labor realizada en los casi ya cuatro años, en una desunión de la izquierda cuya responsabilidad quieren achacar en exclusiva a Xixón Si Puede, obviando los verdaderos motivos de esta desunión y sobre todo el pobre bagaje presentado.

Sean cuales sean los motivos, el resultado es que gracias a este tema, PSOE e IU ya están haciendo precampaña, o sea, un motivo mas para que no haya moción.

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