No puede ser, no me cabe en la cabeza que Oviedo, una ciudad provinciana, muy buena y de buenas costumbres esté implicada en una trama de amaños en licitaciones de tráfico y seguridad; me cuesta creer que nuestra Policía Local haya aceptado sobornos de un empresario astorgano, Ángel Luis García Martín, alias "el Patatero", cuando todos sabemos que la única policía sobornable y corrompida hasta las cachas de sus pistolas es la gringa. Imposible. Es más, consulto en Wikipedia el "caso Enredadera" y me remite a las glicinas, a la parra virgen, a las ipomeas, a los jazmines, a la madreselva, a la hiedra, a la dama de noche, al don diego de día, a la pasionaria, al ficus tapizante, a los guisantes de la suerte, a las campanillas, a la hoya carnosa, a la buganvilla, al rosal trepador? Dios, ¡y a la patatera! ¡Pregunto por el caso enredadera y menta también a la patatera!