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Sin culturas y a lo loco

Un repaso al Gijón de hoy, al que le falta capitán o capitana

Las aguas del hormiguero gijonés, excrecencia del PP astur, no bajan ni puras ni limpias, sino que "discurren" entre juncos y "enredaderas", por erías y viejos madrigales, fertilizando, además de la nada, las colocaciones de familiares y militantes en la plantilla de la EMA, y otras. Y se vuelven negras, las aguas, con los desahucios mal explicados del poblado de La Camocha.

Sin bonitos están nuestras rulas; con poca arena, las "bonitas" de San Lorenzo que, además, padecen las porquerías que, a lo poco que queda de Tostaderu, bajan por el cauce del Piles. Un muerto olvidado quedó en la casa frente al Presi. Y los "llagareros" quedaron sin resuello tras las visitas domiciliarias del quinteto del Este, que de allí no viene solo manzana...

Con irregularidades culturales y estructurales, mal funciona Divertia, otro de los pilares del hormiguero que muere de anemia, porque ha transferido buena parte de su sangre pública a sus amigos particulares... y de Beocia no puede vivir bien una ciudad, que ayer fue trabajadora.

En la Gigia despechada, de madre Carmen, ya no hay ni recuerdo de la cultura pública y popular, que floreció en los "buenos" tiempos socialistas, cuando Gigia pujaba, gracias a padre Pinón, el realizador, y madre Telva de la Paz, la amiga del pueblo, sino que ahora, todo es actividad privada y "divertiones" de prepagamento... ¿Divertia? Sí, sí; se trata de la misma desorganizada "Divertia", a la que el viejo señor del Tribunal de los números, señaló como desaforada, irresponsable y gastiza; la misma "Divertia" inculta que, nada más llegar las hormigas al poder, acabó con una orquesta juvenil floreciente y unos festivales musicales de ópera y zarzuela; y, ¡por fin!, la misma "Divertia" que convirtió el noble escenario del teatro Jovellanos, ayer cita de un mar de culturas -y hasta envidia de Oviedo, en el escenario pueblerino de "Manolita Chen" y sus rollitos de primavera...

La "Divertia" ruidosa y de amiguetes ha sido un mal, muy mal, rollito veraniego para la esencia del veranos gijonés, que no vale lo que le cuesta. Sin el "anciano" actor Fernández, don Arturo, nada queda. Envidia debe dar a Gigia el escenario candasín del Teatro Prendes, impulsado por el coraje imaginativo de su director, "Mesié" Alain.

La cultura universal gijonesa, con Paniceres y sin Paniceres, sufre y sufre hasta desmoronarse, sin que el buen Guillot, don Víctor, el espadachín elegante y tuerto, sea capaz de recuperarla con las celebridades que piensa presentar en el expalacio del señor Conde, hoy del desembarazado señor Menéndez.

Para este palacio-fortaleza, emblema del Gijón más exigente (el de Jovino, Carreño y Dindurra), el señor Fernández, don Rafael, presidente de la preautonomía, tuvo en el año 80 del pasado siglo dos sueños imposibles, pero ambiciosos: el de convertirlo en residencia oficial del Príncipe de Asturias y, posteriormente, hacerlo sede permanente del Parlamento, o Junta General del Principado. La primera posibilidad no pudo ser, porque el entonces Alcalde no quería más "palacio" que el suyo propio; la segunda, por la "inquina" histórica del Oviedo famoso, que no nos perdona que tengamos mar, aunque no tengamos depuradoras.

Tenemos, eso sí, malos Servicios Sociales, porque las hormigas de doña Carmen sirven a la clase media, y dejan morir a los okupas sin confesión ni el prometido realojamiento; aunque gracias al Rector Magnífico, Asturias y Gijón contarán con más traductores de asturiano y también con más pordioseros y drogadictos titulados, y con más camorristas de madrugada por el Fomento y lo oscuro del callejón del Marqués... Y Cada vez, ¡cosa de los tiempos!, contamos con menos cristianos observantes y practicantes, pero con más ciclistas en las aceras y más patinadores de tabla en los paseos.

El concejal Aparicio, con mano firme y segura y reglamentos en ristre, procura meter al pueblo en cintura para que aprenda a andar por casa..., aunque quizá, a primera vista, parezca no tener aire ni gramática ni elegancia..., mas el hombre no resulta desagradable.

Gigia sigue al debalu. Le falta capitán o capitana. ¿Qué candidaturas ofrecerán al ciudadano los estados mayores de los partidos? ¿Habrá reposiciones? ¿Habrá estrenos absolutos? Ojalá abunden más las ganas de trabajar que las de lucir. Las ganas de concordia, que las de discordia. Ojalá que todos sean más fieles a Gijón que a sus partidos.

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