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Profesor de Geografía e Historia

Masters y fantasmas

Los que practican el copiar y engañar frente al mérito de aprender y gobernar

Resulta que la partidocracia estaba en una carrera a ver quién se inventaba más "masters", que queda muy guay para aparentar que se ha llegado al carguito y al sueldazo por capacidades y méritos y no por adulación y boicot. El problema es cuando a los de las otras siglas o periodistas curiosos les da por investigar en qué consiste el máster, la tesis o la investigación, y resulta que es una copia y pega de otros autores previos, que se la ha redactado un "negro", o les han puesto sobresaliente por no ir, no hacer examen o trabajo con apenas calidad alguna, o aportar como conclusiones retórica altisonante y hueca. Al final, como en el cuento en que el rey estaba desnudo y nadie se atrevía a decirlo para no quedar de hereje, se evidencia que la partidocracia es falacia frente al mérito de los contenidos. Si les da igual lo recto que lo torcido, ¿por qué no pactar lo que sea con quien sea, ya tendremos excusa, para medrar? ¿Están "en el poder" para gobernar, organizar y mejorar, o para mandar, figurar y aprovecharse?

En esto hay que decir que el sistema norteamericano de primarias si es en principio formalmente democrático, frente al sistema español de candidaturas partidistas cerradas y chanchullos, que fomenta con frecuencia la mediocridad, la selección de los peores. Allí un Donald Trump se presenta candidato, dice que su programa es hacer esto y aquello, y a quienes les parece bien, le votan, y si le votan más, gana. En España no podría ir en una candidatura del partido A o B si antes no se pasó 8 o 12 años lamiendo el culo a quienes confeccionan las listas, tengan programa o no, sean corruptos o no. Cosa distinta es que estemos de acuerdo o en contra con que baje impuestos para incentivar, retroceda al proteccionismo comercial o quiera terminar de construir un muro con México frente a la inmigración. En España seguimos esperando a ver cuando tendremos un presidente del gobierno que entienda de economía y sepa hablar en inglés, aparte de estar pendiente de las encuestas, repetir tópicos o hacer gracias con la ceja.

Lo curioso, ahora que estamos en el inicio de un nuevo curso escolar, es que todos estos del partido A, B, C y D que se inventan títulos, terminologías y masters son a quienes luego se les llena la boca de fomentar la enseñanza del mérito, la igualdad de oportunidades, el esfuerzo en el aprendizaje y, como no, el pacto escolar nacional. Qué mala suerte que con tan buenos propósitos llevemos 40 años sin pacto escolar, con casi una nueva ley educativa a cada cambio de gobierno, el PSOE reformando la ley educativa del PP, que a su vez era una reforma de la ley educativa del PSOE, y así. Pero como no queda muy estético que frente al 5% de paro de las perversas naciones liberales y progresistas como Canadá u Holanda, en España tengamos un tercio de los jóvenes en paro y una sexta parte que ni estudian ni trabajan (¿esperando un subsidio?), hay que sermonear un poco sobre lo que nos gustaría aumentar el gasto en educación, o adecuar la enseñanza al mercado laboral; y frente al emprendimiento, adoctrinamiento.

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