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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Bajos vuelos

Fatal gestión aeroportuaria por parte de nuestros mandamases provinciales

Desde hace años, los responsables del gobierno de nuestra provincia no han tenido clara la gestión del transporte aéreo ni cómo conseguir que el aeropuerto asturiano goce de un número de conexiones que no causen el sonrojo que ahora causa la situación actual. El anuncio de la compañía portuguesa TAP de suprimir también los vuelos a Lisboa deja a nuestro aeropuerto sin conexiones internacionales y en régimen de monopolio, por ejemplo, los vuelos a Madrid con unos precios estratosféricos, de tal modo que, por ejemplo, cuesta lo mismo o un poco más volar de Asturias a Madrid que de Madrid a Miami, al otro lado del océano.

Lo primero pasa por un concepto fundamental: no se trata de un asunto de promoción turística, sino de promoción aeroportuaria. Si no se comprende esto, es que no se comprende nada. ¿Cómo es posible que las autoridades de la vecina Cantabria lo hayan comprendido ya hace casi quince años? No es posible hacer una buena gestión si el único interés parece ser la atracción de atraer turistas en lugar de la de proporcionar servicios y conexiones aéreas a los ciudadanos del Principado. Aquí existe el prejuicio de que el dinero con el que se subvenciona a las compañías aéreas para que operen desde Santiago del Monte es dinero tirado. Sin embargo es lo contrario. El sistema podemos llamarlo tasa de éxito: tantos pasajeros, tanta subvención. Es algo que hasta la propia Unión Europea contempla.

Si se subvencionara a las compañías aéreas en función de los pasajeros movidos desde Asturias y estos aumentan, el dinero puesto en la subvención se recupera porque al aumentar los viajeros, aumenta como es natural lo recaudado por las tasas aeroportuarias. Por eso la Comisión Europea lo permite y no dice ni pío. Pero hay un problema: la subvención corre a cargo de la administración autonómica y las tasas las recauda la administración general. Por eso a los gestores regionales, de visión corta y que se compadecen poco con los intereses ciudadanos, les parece que se tira el dinero, cuando en realidad, al proceder todo el dinero, el autonómico y el general, de lo recaudado a los contribuyentes, poco importa qué administración dé y qué administración reciba. Por eso los gestores regionales socialistas asturianos son de medio pelo y no cuidan de los verdaderos intereses de sus administrados. En materia aeroportuaria, este gobierno lo está haciendo muy mal: deberían mirarse en el espejo cántabro y no empeñarse en complejos turísticos. Aquí lo que importa en primer término es dar servicio a los asturianos y luego todo lo demás, si es que ha lugar.

La gestión pública ha de estar libre de falsos prejuicios o de ridículos complejos ideológicos. La prueba de que aquí se hacen las cosas mal es que tenemos lugares a los que mirar en donde se hacen las cosas mejor. El tren, lento; la autopista del Huerna, con peaje; los aviones, escasos y muy caros. El resultado es una provincia mal gestionada en materia de transporte de viajeros. Son ya tantas cosas mal gestionadas que hace falta un cambio. Y es más que posible que los ciudadanos electores lo hagan sin contemplaciones. Veremos.

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