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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Postergados y agraviados

De cómo se maltrata a una ciudad y a sus habitantes a la vista de un par de ejemplos ilustrativos

Probablemente por un mal entendido sentimiento de la disciplina de partido, los socialistas del grupo municipal en esta pizpireta villa marinera no votan a favor de presionar al ministerio de Fomento para que avive la cuestión del plan de vías, es decir del turbio asunto de Gijón y sus estaciones de trenes, a más de la de autobuses y la utilidad del túnel que recorre el subsuelo de la ciudad sin utilidad por el momento. Puede ser, y tiene toda la pinta de ello, que los ministros del PP hayan realizado brindis al sol con sus promesas, que sólo sirvieron para fomentar las esperanzas de los más ilusos, pero los socialistas ni eso, por lo que en el inconsciente colectivo queda la sensación de que por babor se maltrata a la ciudad en cuestión de infraestructuras viarias. No nos vino bien Borrell en su tiempo de ministro de Obras Públicas ni nos viene bien este valenciano de ahora al servicio de Sánchez, Ábalos creo que se apellida. Se fía la firma del correspondiente convenio de la sociedad Gijón al Norte, que gestiona la cosa de los accesos ferrocarrileros, y parece que la cosa se demorará un par de añitos. Sí, ya sabemos que el estudio lo encargó esta primavera un ministro popular, pero el que dijo que no habría convenio hasta tener en la mano el dichoso estudio fue el ministro Ábalos, socialista él. Hay cuestiones en las que el sentimiento se sobrepone a la razón y de todos es sabido que se vota más bien con el primero que con la segunda, un factor más que augura una merma de votos al PSOE en los próximos comicios municipales.

El vaso de la paciencia está colmado y los agravios ya son tantos que se hacen insoportables. ¿Qué queda? Pues hacer ver a los gestores públicos que la cuestión ya está en esa línea tras la cual está la quiebra del orden público. No podemos esperar que una corporación municipal organice públicas algaradas, pero alguien surgirá que llene las calles de protestas airadas: en otros lugares maltratados de España se hizo y se consiguieron ciertos pasos adelante. Queda por saber si importa lo suficiente no ya el servicio público -que está fatal- sino el maltrato a todo un colectivo ciudadano. Lo único que nos queda, llegados a este término, es que nos encontremos todos en la calle.

Otro ejemplo de que la villa no va como debiera es el del espectáculo proporcionado por las colas para la solicitud de la renta social municipal, ese invento puesto en marcha el año pasado y que, en vista del éxito de participación, es decir, vista la cantidad de necesitados de la tal ayuda, se recortó este año hasta límites insospechados. A los del Foro moriyonista no les gusta, eso está claro, y lo han dejado reducido a la mínima expresión. Para más inri, se sacaron de la manga un sistema de adjudicación perverso: el orden de petición, sin atender a otro criterio. El resultado es el de esas colas que se pudieron observar en los diversos centros municipales, de tal modo que en el primer día de esta convocatoria se recibieron el doble de solicitudes que durante el primer día de la convocatoria del pasado año. El sistema es perverso y el espectáculo producido insoportable para sensibilidades medias. El FAC ha vuelto a fallar otra vez. Todo lo que toca, lo estropea.

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