El mes de noviembre sigue avanzando, y el jazz sigue llegando a los escenarios de la ciudad mostrando sus múltiples caras. En plena resaca de la semana de "Jazz Gijón" un nuevo concierto del ciclo "Jazz en el centro" se encargó de acercarnos en directo el último trabajo de Natanael Ramos, un trompetista canario que se mueve con soltura y sin complejos en los márgenes del jazz, el rock y la tradición musical de su tierra. No en vano, en "Islander´s dilema" (2018) Canarias aparece como un leitmotiv; poesía, geografía y experiencias isleñas inspiran unas composiciones que en directo resultan aún más intensas, como quedó patente el pasado miércoles en el Antiguo Instituto.

La magia surgió desde los primeros compases, con el impacto de un arrorró canario a solo en la trompeta. Un arranque de llamada dio paso a desarrollos sin compás y cargados de afecto que Ramos potenció alargando las notas con cuidados vibratos. Un aire melancólico invadió el auditorio, pero los puntuales y luminosos giros melódicos de la pieza lograron mantener la expectativa y la tensión para incorporar paulatinamente al resto de los instrumentos. El tema avanzó firme, pero sin prisa, con Natanhael en un discreto segundo plano, esperando para irrumpir con fuerza una vez que la densidad de texturas lo gobernaba todo. Fue toda una declaración de intenciones, una propuesta hipnótica de la que es difícil escapar; una apuesta por los juegos de intensidad y densidad evitando los habituales lucimientos individuales que desatan aplausos, construyendo el sonido a base de espacio, de tiempo, manejando las reiteraciones hipnóticas como en la psicodelia. Espectacular.

En la misma línea discurriría "Sadness of the promised land", con una atmósfera saturada por la batería para que las melodías de trompeta, teclado y guitarra dialogaran cruzando motivos y timbres de forma efectiva. Especial mención merece Virxilio da Silva, que supo sacar todo tipo de sonidos a su guitarra aportando detalles precisos a cada pieza. Porque cada corte tuvo lo suyo: el final suspendido de "In your eyes", la fuerza desatada en "San Borondón", la monotonía que respira "Train from Bydgoszcz", jalonado con una tímbrica de tonos fríos y siniestros, y conducido por un tema aletargado que acabó desvaneciéndose.

Hubo homenajes a dos poetas canarias: Isabel Medina y Josefina de la Torre, de la que leyó el poema "La lluvia viene cantando", que inspiró uno de sus temas marcados por la tensión que genera la reiteración obsesiva de motivos en la guitarra; algo que se volvería a repetir en "When you see me". Para cerrar, y con el mismo sesgo autobiográfico que caracteriza este disco, Natanhael Ramos puso un plus de intensidad para plasmar la vitalidad de la escena musical de Ámsterdam en "Memories from Holland". El concierto acabó en todo lo alto, con una merecida ovación. Gustó, y mucho, fue recibido como un soplo de aire fresco, una propuesta arriesgada a la par que magnética, y hecha desde la autoridad de un músico que tiene un amplio abanico de lenguajes musicales bien asimilados.