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Concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Gijón

El fracaso del diálogo

La prórroga presupuestaria y la falta de voluntad de acuerdos del gobierno para negociar las cuentas

Negociamos en todos los ámbitos de nuestra vida: cuando compramos un coche o alquilamos un piso; cuando nuestros hijos adolescentes nos piden ampliar sus horarios de salida; con nuestra familia para elegir el lugar de vacaciones o el menú navideño. Por eso, todos sabemos que el éxito de una negociación requiere una gran capacidad de diálogo y cesiones por todas las partes. Algo que la alcaldesa de Gijón parece ignorar.

En los últimos meses hemos visto cómo el Gobierno de España y el del Principado de Asturias, con sus presidentes Pedro Sánchez y Javier Fernández a la cabeza, mantienen reunión tras reunión con los grupos políticos de la oposición para tratar de sacar adelante un presupuesto que refleje sus prioridades y atienda las necesidades más perentorias de la ciudadanía.

¿Alguien ha visto a la alcaldesa, Carmen Moriyón, en alguna reunión para negociar sus presupuestos? No, porque no lo ha hecho. Año tras año ha delegado en el segundo nivel de su gobierno la responsabilidad de sacar adelante las cuentas de la ciudad. Y tan solo lo ha conseguido uno de los cuatro años de este mandato, 2017, gracias al apoyo de Xixón Sí Puede y a cambio de poner en marcha un programa, el de la renta social, que ha sido incapaz de mantener.

La Alcaldesa de Gijón y su concejala de Hacienda, Ana Braña, han demostrado sobradamente que carecen del requisito más esencial para negociar un presupuesto para la ciudad: voluntad de alcanzar acuerdos. Porque no demuestra voluntad de diálogo quien rechaza de plano cada una de las propuestas de la oposición, sin ofrecer ninguna alternativa ni ceder un ápice en sus planteamientos. Eso es lo que ha sucedido con los presupuestos de años anteriores, al menos en lo que se refiere a las propuestas del Grupo Municipal Socialista.

Una falta de voluntad que se ha hecho más patente si cabe con el proyecto de presupuestos para 2019. Porque la Sra. Moriyón no ha hecho el más mínimo intento de negociar su proyecto. No ha habido ni una sola reunión con los grupos municipales, ni antes ni después de que la Junta de Gobierno aprobase un proyecto que consolida la política de recortes de Foro, con una reducción de más de 2 millones de euros en los programas sociales, una rebaja del 25% en los de empleo, un plan de inversiones que sufre un recorte de más de 4 millones de euros sobre las previsiones del Plan Económico Financiero y una dotación para las ayudas a fachadas que no llega ni al 50% de lo previsto, ya de por sí insuficiente.

Las razones de esta actitud solo las sabe la señora Alcaldesa. Pero todo indica que ha perdido el interés por Gijón en su empeño por alcanzar cotas más altas. O tal vez se trate, simplemente, de incapacidad para presentar un proyecto creíble que fije prioridades y atienda a las necesidades de la ciudad, que son muchas.

Lo que está claro es que la prórroga presupuestaria no es el fracaso de una negociación que nunca ha existido. Si en 2019 Gijón no tiene presupuesto será únicamente porque Carmen Moriyón y su equipo así lo han querido.

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