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Francisco ¿fallido?

Las fuerzas oscuras que se ciernen sobre el Papa, dentro y fuera de la Iglesia

Hace unos días un columnista de LA NUEVA ESPAÑA se preguntaba y no retóricamente: "¿Francisco Fallido?". La pregunta tenía mucho sentido porque cierta prensa mundial se está encarnizando de forma diabólica contra la Iglesia, y muy especialmente contra el Papa Francisco. Un ejemplo muy claro y muy representativo es el diario El País, cuyas páginas presenta con frecuencia un panorama desolador de la Iglesia Católica. El motivo son los casos de abuso sexual por algunos sacerdotes. No interesa realmente informar de la realidad sino aprovechar los casos para atacar, descalificar y condenar a la Iglesia Católica, a quien la dan sino desaparecida sí profundamente escindida.

El Papa Francisco es ahora el enemigo a batir; poderosas fuerzas mundiales se han conjurado por todas las formas y con poderosos medios para declarar la guerra a la Iglesia en la persona del Papa. Por lo visto Francisco ya no es aquel Papa que hacía la delicias de toda la progresía anticatólica que con tanto ardor laicista atacaba al Papa emérito, Benedicto XVI. Si miramos los próximos viajes pastorales en 2019 a Panamá, Marruecos, Abu-Dhabi y su actividad dentro del Vaticano debemos además valorar su intensa actividad pastoral, pues todos los miércoles recibe en audiencia a miles de peregrinos llegados de todo el mundo y en las que los protagonistas a veces son los niños, como el argentino que hace unos días, con el permiso del Papa, estuvo jugando a sus anchas entre arzobispos asustados y guardias suizos que le parecían soldaditos de plomo: sus actividad pastoral tanto oral como escrita resulta sorprendente en una persona de 80 años, con la pesada cruz del papado sobre sus hombros.

Ya no se trata por lo tanto de la preocupación real por los hechos, que han sido condenados con fuerza y pidiendo el más humilde perdón a todas la víctimas, sino seguir enturbiando el ambiente contra la Iglesia. Solo una ingenuidad rayana en la necedad puede admitir que los ataques contra la Iglesia Católica vayan a detenerse por muchos perdones, súplicas y condenas de los autores de tan execrables acciones, como los formulados en Irlanda con motivo de la Jornada Mundial de la Familia. Lo que se pretende por los enemigos de la Iglesia es lo que han logrado en Irlanda las fuerzas del Nuevo Orden Mundial: sembrar el odio y la mentira contra la Iglesia. El tristemente famoso libelo del Arzobispo italiano, ex embajador del Vaticano en EE.UU, Carlo María Viganó, es el resultado de un clérigo intrigante y vengativo por ver truncadas sus ambiciones de hacer carrera en el Vaticano.

El enemigo a batir es ahora el Papa Francisco por las fuerzas tanto dentro como de fuera de la Iglesia. Pero como decía San Agustín, el devenir de la Iglesia Católica transcurre entre la persecución de sus enemigos y los consuelos de Dios. La Historia demuestra que durante más de 2.000 años la Iglesia Católica tiene la existencia garantizada: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del Infierno no la derrotará". La mejor condena de los responsables de crímenes abominables la formuló Jesucristo Dios y Hombre cuando afirmó:" Al que escandalice a uno de estos pequeños que en mí creen, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al mar". ¡Ay, del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, pero ¡ay del hombre por el que viene el escándalo!

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