Terminó un año y empezó otro, y no entre temporales de crudo invierno, como antaño era natural, sino entre brisas primaverales: unas que se van; otras que llegan, mientras que en la plaza Mayor, los "regodones" aspiran a relucir para cuando llegue el mes de Mayo florido, el mes de las flores, el devoto mes de María? y el tan temido de las elecciones.

Comienza el 19, bajo el mantón de Manila con el que doña Carmen Moriyón Entrialgo, eminente cirujana y lamentable edil, de cuyo mandato se podría decir, como de otro alcalde publicó la prensa local en 1884 que "en el que tiempo que lleva en ejercicio la Corporación municipal, próxima a su renovación, apenas si ha dado ligera muestra del interés que deberían merecerle los asuntos locales? Parece mentira, pero no lo es, que tantos y tantos proyectos de verdadera importancia para Gijón, como pudieran acometerse, permanezcan en un olvido punible. Ni matadero, ni cuartel, ni aguas, ni nada de nada?" ¡Mantón de Manila!, como hoy, que no tenemos tren, que casi no tenemos playa, que no tenemos estación, que no asfixia la contaminación?

"¡Gijón! ¡Gijón! El mar en oleadas, vierte en ti su infinita poesía", escribió, en 1919, ¡hace un siglo!, Rosario Acuña y Villanueva, la hija de doña Felipa. Sobre la Acuña hija escribió, en el recién pasado 2018, Macrino Fernández Riera un artículo importante, que tituló "Qué hacer con la casa de Rosario Acuña". "Qué hacer con?". He ahí la cuestión esencial.

Ahora que terminó el año, sin Rajoy en el Gobierno, y prácticamente fuera de la historia? este "qué hacer con", debería hacerse pregunta obligatoria en toda encuesta sobre tendencias, instituciones, conductas y personas. ¿Qué hacer, por ejemplo, con el mismo Macrino Fernandez Riera? A la pregunta, respondería: concejal de Cultura, o cronista de la villa, y si pudiera, yo lo haría Alcalde, que es sabio, prudente y abuelo amante?

Y ¿qué hacer con doña Carmen Moriyón, alcaldesa? Otra cuestión. Quizá bastaría despedirla de su alcaldía con fría cortesía, y desearle, por el bien de Asturias, el peor de los resultados posibles en la aventura política que quiere iniciar en el próximo mes de María.

¡Dios poderoso, ten piedad de esta Asturias!, donde quedamos sin gente, sin mineros, sin oricios, y sin playas,? y puede que hasta sin perrita que nos ladre?, pero con el mantón de Moriyón. ¡Señor, ten piedad de nosotros!

Cuando falleció Antonio Suárez Pola, natural de Luanco, hijo de la mar y de Gijón, y hermano de don Mariano, alguien escribió en su recuerdo: "Los pueblos tienen señalados sus destinos; los unos cultivan las letras; otros, las artes; la ciencia otros, y Gijón por especial providencia, progresa rindiendo culto al trabajo en sus manifestaciones industriales y mercantiles".

Era enero de 1895, y ya Calixto Alvargonzález había lanzado desde la ventana de su "cuartín", sobre toda la esperanzada calle Corrida, aquel grito entusiasta de "¡Go a head!" que conmocionó toda la población.

Ahora faltan unos días para que se cumplan 124 años, casi siglo y cuarto de aquellas estupendas esperanzas no alcanzadas; todavía en 1898, Gijón se reconocía como pueblo de más de 40.000 almas, rico, laborioso y próspero.

Y llegó el bajón: "Pero desde que Silvela alcanzó por segunda vez a la presidencia del Gobierno",- escribía "El Avance", semanario republicanonacido para "sostener y animar" la Exposición Regional de 1899, "con su cohorte de jesuitas disfrazados, políticos tránsfugas y fanáticos de todas las cataduras, nos hemos trasladado a la Hotentocia".

Así describía el profético "Avance", el gobierno central de Mariano Rajoy, de 2011 a 2018, que terminó el escondido en aquella Hotentocia, y también el mantón local de la docta Moriyón, que quiere alcanzar sus borrosas cumbres.

El "Avance" solía recordar que la virgen de los Remedios era la patrona de canteros y albañiles, de Gijón; que la de la Soledad, era la de los marineros; y que doña Nicasia Páramo, la eterna soltera, era la patrona, virgen y viuda, de todos los jóvenes labradores, obreros y artesanos gijoneses, muertos de malaria y soltería en la inútil guerra de Cuba?!.

A su vez, Armando Palacio Valdés escribía, adivinando la llegada al mundo de Pedro Sánchez y Pérez Castejón: "¡Desdichado! ¡Qué pecado habrá cometido para ser hombre político en España! ¡Merecía serlo en un país civilizado!

Y es que Palacio Valdés, en 1878 ya tomaba las aguas del Nalón (soñando con Pedregal); luego tomaría las mismas, desde su alcaldía Adrián Barbón, que siempre brindó por don Pedro, esquivando el javierismo susanista...

Aquellos republicanos de "El Avance", en pleno éxtasis por el éxito de la Exposición, escribieron en octubre de 1899: "Gijón parece mudo, y no hay quién por él hable; parece cojo, y no hay quién por él ande; parece manco, y no hay quién por él trabaje; parece ciego y no hay quién por él vea? Somos una reata de inútiles"

¡Hace 120 años! Y parece una "semeya" del mantón que hoy nos cubre. dice el amigo Chema, "Ni juntos podemos". ¡Vaya manta, consorte, vaya mantón!

En 1900, "El Avance", escribió sobre la clase de Alcaldes que había alumbrado la villa: unos neuróticos, despreocupados otros, y alguno desvergonzado. No damos nombres?, que sí señalaba el semanario.

¿Qué haremos en Mayo?... ¿Llevarle flores a María? Al menos, amiguinos/as, después de haberlo reflexionado?

¡Ay! los cascos de los corceles de la patria, resonando contra los peñascales!

¡Señor!