¡Qué error! ¡Qué gran error! el del finado periodista de la extinta "Voluntad", Enrique Prendes, que en agosto de 1966 anunciaba a toda orquesta en el número extraordinario de Begoña, que Gijón, Gigia o Gixón llegaría a los 350.000 habitantes a finales de siglo. Gijón se quedaba pequeño para acoger al Gijón tan grande que emergía?
"Las viejas casuchas y aún edificaciones de mayor relieve son derribadas para dar paso a manzanas soberbias. Los solares que eran depósitos de basuras o las huertas arenosas se convierten de la noche a la mañana en casas de doce o catorce pisos (que han de "asombrar" el sol de la playa, y dejar el paseo entre sombras). Callejas tristes y mal alineadas toman el aspecto de calles decentes (sin aire, sin luz, sin sol; todo sombras). Con solo billetes de mil pesetas ya se hacía torres al cielo que, milagrosamente, bajan a Suiza por la escala de Jacob".
Puja UNINSA por salir. 18.000 millones de pesetas que "van a remover ocho millones de metros cúbicos de tierra para la construcción de la planta integral.Va a cambiar radicalmente la fisonomía de Gijón como ENSIDESA cambió la de Avilés". El aeropuerto se pone en marcha, 400 millones de pesetas costará... El gran Musel va a hacerse realidad, ya no será solo puerto carbonero. Y la "zona de localización preferente" pronto será realidad, y hará honor a su nombre? Y "Garmoré, "Promosa", "Severino Canteli", con sus concejales, construyen manzanas y manzanas. Todo Gijón es una pomarada en la que "apañar"? Todos los años eran buenos y valientes.
Ignacio Bertrand había sustituido a Cecilio Oliver en la Alcaldía. Y la Villa iba acercándose a los 170.000 habitantes. Para el 80, se contaba con llegar a los 200.000. Y los 350.000 era el Pórtico de la Gloria con el que Gijón, el nuevo Bilbao, recibiría la llegada del siglo XXI, según la real gana que Enrique Prendes anunció por su "voluntad".
Y como todos los vientos se juntaban para hinchar la velas del buque? La JOP, el Ayuntamiento, don Alfredo su Secretario "largo", aunque menos que el casi eterno Vicente Ezcurdia, y sucesivos alcaldes: Luis Cueto, Pedro Lantero, José Manuel Palacio, Alberto Areces y doña Paz que aguardaba al siglo XXI en el pórtico de su gloria, asumieron la profecía, que pese a Prendes, editorialista, cronista de sociedad, fútbol y toros, nunca llegó a cumplirse.
No estancados: de cangrejos decrecientes andamos ahora, marcha atrás; "moriyoneando" humildemente entre las piedras desnudas del Rinconín, las subidas ambiciones del Piles?, como si viviéramos "a la sombra de las muchachas en flor"... A la playa de San Lorenzo le han robado arenas -Arenas ha dejado de exponer, pero nadie podrá robarle el mérito de haber alumbrado un monumento ambiciosísimo "A la paz mundial". Inalcanzable sueño, como el de los 350.000. Como para Gil Robles fue la meta de los 300. "Ya llegó el verano, ya llegó la fruta, ya llegó Gil Robles que es?". Lo mismo se cantó sobre Francisco Franco.
Y nada fue tan grande, ni tan permanente, ni tan determinante como creían los profetas Vega Pico, Iglesias Villa, Bastián Faro, José de Arango que, cada agosto, alumbraban la "Voluntad" de Begoña, o de las "Begoñinas" -la del bar y la de las flores-.
En uno de los años, como la Feria de Muestras acaba de renacer por los bajos y solares de Fernández Ladreda, frente a "Paredes", se hacía historia del ferial, y se recordaba que en 1924, el "directorio" militar del general Primo autorizaba la reanudación de la actividad ferial, bajo el impulso y presidencia de Felipe Menéndez y Jove Huergo, presidente de la Federación Patronal, y la "vice" de Francisco Quirós Martínez, Presidente de la Unión de los Gremios?
Porque en la carretera de Oviedo se comenzaba el ataque masivo a los bocadillos de calamares de la "Feria". Juan Vega Pico, el periodista de ABC, andaba inquieto, como fisgón de playa, -que ya cuenta con tres kilómetros y medio de balaustrada para mirones, con la novedad de la minifalda, el bikini y la visión ampliada en verano del cuerpo celestial de la mujer gijonesa?. ¡Qué dieciséis, qué veinte, qué cuarenta años! Hay que ponerse al lado de los tiempos y disfrutar de sus mejoras y libertades.
Mientras, Manuel Iglesias Villa, escritor, poeta piadoso, y Presidente de Centro Asturiano de Madrid, una especie de embajador del Gijón más rancio y tradicional en la Villa y Corte de los Franco-Polo, lanzaba su "horrible" canto a Gijón? a base de quintillas:
"Corazón gallardo fuerte, / independiente y bravío, / impasible ante la muerte, /junto al cual tuvo la suerte/ de iniciar su "marcha" el mío"?
"Tienes (Gijón) pureza de armiño, / tu altivez es recia y noble, / y fomentan mi cariño / tu fortaleza de roble / y tu ternura de niño"?
"No me dejes de tu mano (Gijón) / con tu tiniebla o con tu sol, / pues de ser tuyo me ufano, / porque al sentirme asturiano, / me siento más español"?
Amarillo como un lazo quedo solo de recordarlo.
Cientos de casetas de lona de mil colores en la zona del Piles a marea alta? Cientos de parroquianos en las pérgolas dándole al vermú y a la cola.
¡Silencio, señores, que está naciendo Gijón! Despidamos, contentos y felices y sin votos, a doña Carmen Moriyón, que por mí, bien puede ir a Oviedo, o a Val-dor-nón?
