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Política de frontera: entre "castings" y dedazos

Gijón, una plaza imprescindible para llegar a la Junta General del Principado

Hace unos días LA NUEVA ESPAÑA publicaba que el partido popular gijonés había comenzado el curioso -y a la vez tradicional- método para buscar cabeza de cartel y lista electoral. A modo de "casting", aquellos que aspiran a ser cabeza de cartel o candidatos a concejal, son entrevistados por los miembros del comité electoral local presidido por María Dolores Martino. Nos anunciaba el citado periódico que, incluso, había alguno que aprovechando las nuevas tecnologías había hecho su entrevista desde Boston. Esto de vivir en un mundo global, con unas tecnologías que unen y crean puentes es francamente enriquecedor.

Hay dos cosas que no dejan de llamarme la atención. La primera, que la designación del candidato de Gijón no se haya hecho a la par que el de Oviedo y Asturias. Es verdad que los estatutos del partido dicen que el candidato local lo ha de elegir el comité electoral regional, a diferencia de las capitales de provincia. Sin embargo, Gijón, aunque no es capital de provincia, es la ciudad más poblada de Asturias. Parece que, una vez más, "pintamos" más bien poco. O quién sabe?, quizás Casado nos sorprenda cualquier día de estos vía Skype o a través de Teodoro o con un viaje express en tren -que no en AVE-, e imponga a golpe de "dedazo" a lo Mallada o a lo Beitia el candidato del PP en Gijón. Lo haría saltándose los estatus de su partido y desautorizando al comité electoral regional y a la presidenta del PP de Asturias que para ese momento ya tendrá el nombre del flamante candidato/a. Pero estoy seguro que el pretexto será bueno y de peso, el de la mejor perspectiva electoral. A veces me pregunto qué habría sido de aquel Congreso Nacional si los compromisarios, después de que los afiliados eligieran a Soraya Sáenz de Santamaría, se hubieran guiado por el candidato con mejor perspectiva electoral. Quizás hoy las cosas serían diferentes.

La segunda cosa que me sorprende es que a la vez que se inicia este peculiar proceso, se sabe de la "predisposición" del comité electoral por algún nombre concreto para encabezar la lista, incluso se habla de algún nombre "de la absoluta confianza de la Presidenta". Muy curioso -y quizás muy español- eso de que antes de comenzar un proceso de selección ya haya preferencias o incluso decisiones cerradas. También bastante revelador que uno de los valores de ese futuro candidato/a sea ser "de la absoluta confianza de la Presidenta". Vamos que, por una parte, lo del proceso de "casting" podría ser una especie de "fachada bonita" para hacer básicamente lo que se hace siempre. Y, por otra, que no se busca la excelencia, el candidato cercano a los ciudadanos, el que trabaja, sino el que ante todo es "de la absoluta confianza" justificada ésta, seguramente, con un currículo académico que -por cierto- poco le importa al ciudadano de a pie. Es decir, para aclararnos, que eso de la confianza es esencialmente buscar a aquel que dice lo mismo que yo, al que no plantea críticas, un Sancho Panza de la vida al estilo del fiel escudero que acompaña al universalmente conocido Don Quijote de la Mancha.

La candidata del PP de Asturias parece que, de momento, no hace declaraciones acerca de estos procesos internos, puede que Gijón quede lejos cuando se aspira a la Junta del Principado. Pero quizás debería estar más preocupada. La presidencia del gobierno de Asturias no lo va a ganar sola, y Gijón es una plaza imprescindible para llegar a él. Pero, ojo, Casado bien podría guardar las mismas distancias respecto a Asturias cuando Mallada tenga que negociar con el comité electoral y la Presidenta del PP de Asturias la candidatura regional o cuando surja alguna "chispa" en una bicefalia que -cuando se ha dado en el PP- muy pocas veces ha salido bien.

Pablo Casado debería saber que Asturias no es Andalucía. En Asturias hay tres derechas y se espera una cuarta. El PP está entre ser la principal fuerza política de centro derecha o la segunda después de Ciudadanos o de Foro (dependiendo de sí miramos a Gijón, a Asturias o a Oviedo). En un panorama como el asturiano, con dedazos y "castings" se está más cercano de ser segundos que primeros. Pero, en cualquier caso, se dé un escenario u otro lo que esperan los ciudadanos es generosidad, buena política, diálogo. Todo un handicap para un partido, en Asturias, incapaz de entenderse a sí mismo, enfrascado en decisiones que se toman desde lo personal y no tanto desde lo profesional y político.

No me cabe duda que lo mejor es dar la voz a los afiliados, a todos. Ellos, muchos libres de cargos y "carguitos", que viven en la realidad cotidiana, saben mucho más certeramente quién podría representar mejor el programa de gobierno del partido político, los intereses de los ciudadanos. Si el señor Casado está tan preocupado por la perspectiva electoral, debería escuchar a sus afiliados -a todos, no sólo a los que tiene alrededor-. Y a partir de ahí, con el candidato elegido, la confección de la candidatura se debería hacer a base de diálogo, diálogo y, ante la duda, más diálogo. La política ha de entenderse siempre (tanto la interna de los partidos políticos, como la institucional) sobre la base del diálogo y la generosidad.

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