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Maduro, fuera ya

La comunidad internacional, salvo excepciones, clama contra la situación en Venezuela, a la que ha conducido el chavismo

Llevamos una temporada convulsa: los periódicos aumentan sus tiradas, los telediarios duran más, los debates se enconan. Los ciudadanos nos volvemos locos para saber las últimas novedades y sobre todo las más fidedignas. Durante algún tiempo lo más preocupante era el intento de recuperación de Julen y la huelga de taxistas. También el tiempo en Asturias está siendo una catástrofe.

La lucha titánica por llegar al pequeñín fue un dolor lacerante para todos los españoles, lo sentíamos como nuestro, hubo muchas personas que se convirtieron en héroes al estar días y días arriesgando sus vidas para salvarlo. Los mineros asturianos ocuparon el primer puesto en esta lucha y finalmente lo encontraron muerto como ya se sabía desde el primer momento. Todos lloramos. Es increíble cómo una tragedia así,por ser tan cercana, nos afecta de tal manera, cuando en este mismo momento en la avalancha de Brasil hay más de 300 muertos y ni se sabe cuántos desaparecidos pero lo leemos por encima. Todos los días hay atentados con muertos en Israel, en Irak, en Siria y no hacemos ni caso. Deberíamos llorar y manifestarnos por todos esos muertos y exigir que se acaben esos atentados y que haya eficientes equipos de rescate para tantos desastres geográficos.

La huelga de taxistas que, vamos a suponer, empezó de una manera lícita por parte de unas personas que creían tener que defender sus derechos, está acabando como el rosario de la aurora. Un montón de energúmenos se meten en medio y lo convierten todo en una batalla campal, dejan a las poblaciones incomunicadas, inmovilizadas y sin darles alguna solución alternativa. Yo recuerdo a los taxistas madrileños como una gente muy amable y dicharachera y me imagino que son los más pero se meten en medio esas manzanas podridas y no hay manera de tratar con ellos.

Menos mal que en la tragedia en la que está sometida un país hermano como Venezuela desde hace muchos años se empieza a ver el final del túnel. Entre Chaves y Maduro han convertido un país rico en otro lleno de hambre e inflación y han obligado a millones de venezolanos a huir. Se cree que hay unos cuatro millones escapando a otros países y suma y sigue, la mayor parte van a Colombia y Perú a los que están perjudicando por la llegada de tanta mano de obra barata. En Venezuela la pobreza estaba en el 87% en 2017 y aumentando. Además según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades también han aumentado a causa de la malnutrición: más casos de malaria, de difteria, de tuberculosis, de sida. Eso sí, Maduro y los suyos cada vez más macizos y lustrosos.

Maduro sigue en sus trece, metiendo en la cárcel sin juicio a los opositores, torturando, asesinando y robando porque tiene a su lado al ejército, por eso se siente relativamente seguro. Pero ha surgido un joven valiente, un Pelayo, un Robin Hood llamado Juan Guaidó que ha retomado la oposición y la lucha contra Maduro, a él se ha unido casi toda la población intentando echar al Presidente. Guaidó convoca manifestaciones de valientes venezolanos que la verdad ya casi no tienen nada que perder. Estados Unidos y casi todos los países sudamericanos, excepto por supuesto Cuba, Bolivia, Mexico y Nicaragua apoyan a Guaidó y exigen a Maduro que se vaya. Los europeos más tibios le piden que convoque elecciones, entre ellos nuestro ínclito Presidente turista que es incapaz de enfrentarse a nada ni de definirse ante la injusticia y el mal. Tanto miedo tiene a que sus socios de Podemos, los separatistas y los etarras se le enfrenten y le echen de la Moncloa, que es el sueño de su vida. Rusia también se posiciona al lado de Maduro. A Putin le aterra la libertad del pueblo, hay que tenerlo debajo de la bota.

Ante todas estas cosas Maduro ha aumentado su reinado de terror: en los últimos días 35 asesinados a balazos, 850 detenidos, 950 presos políticos, batidas en los barrios más pobres por las fuerzas de operaciones especiales de la policía nacional. En España PP y Ciudadanos forzarán a las Cortes a votar el reconocimiento de Juan Guaidó en Venezuela. Estados Unidos ya ha comenzado a actuar: traspasó la titularidad de cuentas del gobierno de Maduro en ese país a nombre de Juan Guaidó presidente interino de Venezuela y le apoya con fuerza. El dinero que pagan a Venezuela por el petróleo ya se lo ingresan al nuevo Presidente.

Por todo ello Maduro y sus huestes no saben qué hacer, se encuentran con que no pueden hacer nada contra Juan Guaidó, que el pueblo está con él y casi toda la comunidad internacional también. Intentaron retenerlo 45 minutos y todo el mundo se alzó en contra, se convirtió en un gigante. Ya parece que hay algunos miembros del ejército que se volverán contra el Presidente, de tal manera que Maduro después de insultar a media humanidad, Trump el primero, está dando su brazo a torcer y llamó a Trump para hablar. No tiene vergüenza.

Espero que ese señor se marche pronto y sin derramamiento de sangre, que España se ponga de parte de Juan Guaidó y del pueblo venezolano, y que el presidente Maduro se convierta en expresidente ya. Para mí ya no es nadie.

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