Este sábado 23 de febrero es la fecha para la introducción de la ayuda humanitaria en la depauperada Venezuela. El gobierno de Maduro la rechaza, bien sea por orgullo nacionalista, por miedo a que sea avanzada de una invasión militar, o por aparentar que la economía venezolana va bien. Hay otro hecho grave a mayores de la situación, ya de por sí grotesca, del 1.000.000% de inflación, salarios mínimos mensuales que solo dan para una semana, o millones de ciudadanos huyendo de la miseria del país petrolero. Es la acusación que variados medios hacen al "Socialismo del siglo XXI" chavista de ser un narco régimen. Entre estos por ejemplo el senador Marco Rubio republicano por Florida de origen cubano, que supervisa en Cúcuta, en la frontera colombiana, la entrada de la ayuda humanitaria internacional liderada por los USA de Trump. Aparte de los dos sobrinos de Maduro condenados por la Justicia por narcotraficantes, citan tales medios al "Clan de los Soles", formado por generales y comandado por Diosdado Cabello, número dos de la dictadura, cuyas actividades financiarían grupos terroristas como el marxista ELN colombiano o el islamista Hezbolá proiraní. Tras el fracaso económico cubano, si esto de la miseria severa y del narco régimen institucional es cierto, estamos ante el colapso definitivo del socialismo clásico latinoamericano por falso y cruel.
Este año 2019 se cumplen 60 años de la dictadura comunista en Cuba, dicen que con un 90% de la población en la pobreza. Así pues han conseguido el igualitarismo de resultados, pero no mediante la prosperidad de los pobres, sino empobreciendo a ricos, clases medias y clases populares en general. Es lo que tiene obsesionarse con boicotear el mercado, como si se empeñaran en arreglar las matemáticas boicoteando los números. En Europa el socialismo estas décadas se moderó en socialdemocracia, pero también está retrocediendo electoralmente, sobre todo en Francia, Alemania e Italia. En Andalucía tras 40 años de gobiernos de izquierdas, hay un nuevo escenario regional con el gobierno del PP y CS apoyado desde fuera por Vox, veremos su trayectoria. Cabe preguntarse si podrá pasar lo mismo esta primavera en la mayoría de las demás comunidades autónomas, o incluso si Vox superará a CS. La otra noticia de la semana es la pérdida probable de un diputado por Asturias, pasando de 8 a 7. Con ello la precampaña empieza como un baile de sillas donde sobra alguno para poder sentarse. Si entre PSOE y PP se llevan cinco escaños, solo quedan dos para repartirse entre Ciudadanos, Podemos y Vox, contando que Pacma y Actúa no lo lograrán. Y el bloque que saque cuatro ganaría de hecho las nacionales en el Principado. Si no impulsan el empleo productivo, pronto Asturias elegirá solo seis. Para la Junta asturiana, con 45 escaños en liza y quizás entrando también en el reparto Foro e IU, el abanico se amplía. Que no se pueda hacer nada para fomentar la natalidad es una falacia clara. En la vecina Francia con una política pro natalista han pasado de 50 a 65 millones de habitantes.
