Se pone caro el diputado en el Congreso por Asturias. Como vamos a menos, nos tocan menos a diputado en la lista electoral. Recordemos que comenzamos la democracia, allá cuando la Transición con una papeleta por partido político de diez nombres; unas elecciones después, bajó a nueve; quedó en ocho hace unos años y para estas de abril nos encontramos con tan sólo siete nombres. ¡'Porca miseria'! Los números se complican y los restos en los cómputos finales pueden hacer chiribitas y bailar nombres como en un alocado juego de las sillas. Difícil, tal y como van las cosas, que el PP haga realidad una confluencia con el FAC casquista para ir juntos: difícil que cedan uno de los dos probables electos que consigan y difícil tanto para foristas como IU obtener escaño por Asturias. Es probable que Ciudadanos consiga otros dos, que los socialistas se pongan en otro par de ellos y que los de Podemos logren uno. Veremos ahora, vistas estas cuentas, que son las más extendidas, si desde IU en Asturias se rectifica y se va a la conjunción con los podemitas para ver si juntos se alzan con dos, pero siempre teniendo en cuenta que su nombre propuesto sería el segundo de la lista confluente por la izquierda. Hasta en estas pequeñas miserias electorales se percibe que somos un trocito menguante de España, una región que se encoge.
El ayuntamiento de la capital de nuestra provincia ha firmado un convenio con la Cámara de Comercio de la localidad con el fin de abreviar los tiempos de tramitación de las licencias de obras, es decir, has externalizado parte de los trámites: el consistorio capitalino pone una docena de técnicos al servicio de la Cámara y los ciudadanos acuden a esta para que les ayuden o asesoren a tramitar los papeles, de tal forma que cuando llegan al ayuntamiento, las licencias de obra menor se obtienen en el día y las de mayor en tres meses -prácticamente la mitad de lo que se demoran ahora-; falta por ver si no se produce un tapón en las oficinas camerales y volvemos a las mismas. Habrá que estar muy al tanto del resultado de la operación por si es digna de ser imitada de obtenerse los resultados previstos. Curiosamente, el concejal responsable de la parte urbanística que ha promovido el convenio es de la parte podemita del tripartito del gobernante en Vetusta, de lo contrario, ya estaríamos escuchando grandes lamentos sobre si se enajenaba a favor de manos privadas parte de las atribuciones consistoriales.
Repite sardina el carnaval de nuestra villa marinera. Cierto que el año pasado hubo dos que representaban madre e hija. Feneció la madre y quedó una huérfana: este año vuelve la hija con lo que la empresa municipal de los regocijos públicos hace un pequeño ahorro. Podían haber sacado este año otras dos, inventándose una hija de la actual, nieta de aquella de 2018, con lo que se hubiera inaugurado una dinastía en la que de Carnaval en Carnaval, cada sardina fuera sucedida por su parrocha.
