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No son armas arrojadizas

Sobre el uso partidista de símbolos como el himno nacional y la bandera

Tengo un amigo al que no le gusta la expresión que utilizo en mis artículos para definir a una parte de la población. No le gusta lo de "los de las banderas al viento". Lo cierto es que el resto de los artículos tampoco, pero eso es otra historia.

La bandera y el himno son los símbolos de la nación y por tanto merecen nuestro respeto, el respeto de todos. En qué consiste este respeto está la diferencia.

No respetan la bandera quienes la utilizan para cubrir sus vergüenzas, quienes habiéndose enriquecido a costa de dejar en la ruina a esa patria que tanto proclaman, utilizan su bandera para aparentar lo que no son, porque no son patriotas quienes utilizan los cargos políticos y las instituciones del Estado en su propio beneficio o en beneficio de las oligarquías que los apadrinan, por mucho que griten "España, España, España". No respetan la bandera quienes hacen uso y abuso de ella para demostrar un patriotismo que no cuadra muchas veces con sus actos, sobre todo con los fiscales en particular y los económicos en general. Respetar la bandera no es llevarla en la pulserita, ni en el reloj, ni en la camisita y el canesú, no es, por supuesto, utilizarla para dividir, para condenar a quienes piensan distinto sin tener que dar razones ni razonamientos que no se tienen ni se sostienen.

El mismo uso, deleznable uso, se hace con el himno. El pasado año, una cantante que vive a caballo entre aquí y Miami, vino en plan patriota y nostálgica y pergeñó una letra para el himno que produjo un orgasmo a mas de uno de esos que mi amigo no quiere que nombre. Que la cantante patriota tenga la residencia en Miami por cuestiones principalmente fiscales no importó a nadie. Muy pronto, ante la proximidad de la final de Copa del Rey se alzaron voces para que el himno fuera cantado antes del partido. Seguramente, de no ser el Barcelona uno de los finalistas, a nadie se le hubiera ocurrido tan peregrina idea. No se trataba de exaltar la patria, se trataba de molestar al "enemigo".

A nivel local, un partido que presumía de ser de centro y que ante la proximidad de las elecciones se ha quitado la máscara y ha iniciado una carrera hacia la derecha más extrema, propone una declaración plenaria que exalte la unidad de España. El texto que propone es un "totum revolutum" en el que con el pretexto de la unidad se cuelan varias propuestas que no pueden ser asumidas por lo que resta de la izquierda municipal. Es un todo o nada, el mismo truco por el que en 1978 nos colocaron la monarquía en la Constitución. En realidad el partido que propone la declaración unitaria lo que pretende es que no haya acuerdo, busca una excusa para acusar a quien no vote a favor de su propuesta de felonía, de traición, de alinearse con los secesionistas. Saben que no es así, pero no importa, lo que importa es que ellos queden como patriotas y los otros no.

Convierten la bandera, el himno y su concepto arcaico de patria en armas arrojadizas; o yo o el diluvio, que dicen que dijo Luis XV.

Y no, los símbolos no son armas arrojadizas, no son para uso particular, hay una ley que los define y que define su uso. En ningún apartado de esa ley dice que se les pueda utilizar en beneficio propio, pero no importa, su uso, más bien su abuso es rentable a nivel político. Eso es lo que les importa.

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