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Crítica / Teatro

Dos filósofos en duelo en el Jovellanos

Discurso crítico y político con Voltaire y Rousseau en "La disputa"

Filosofía y discurso, son los vocablos que impregnan "Voltaire/Rousseau. La Disputa". Palabras, sobre todo las palabras llenaron el Jovellanos el sábado por la noche dejando a un público completamente satisfecho. En un teatro repleto, llegan Josep María Flotats y Pere Ponce, dos grandes del panorama español, con un texto exquisito de 1991 original de Jean-François Prévand y con una traducción de Mauro Armiño. Un relato que nos narra la llegada de Rousseau al palacete de Ferney, en el que reside Voltaire en la frontera entre Francia y Suiza, en busca del autor de un panfleto anónimo donde el propio Voltaire es atacado y calumniado.

Bajo la delicada y precisa dirección del mismo Josep María Flotats, vamos a acudir a un auténtico enfrentamiento entre las dos grandes figuras filosóficas hablando de temas candentes y muy actuales como: política, Dios, la tolerancia, la igualdad, la religión, la educación y el teatro. Un alegato intenso, donde se atisban ideas del capitalismo y del comunismo.

La pieza es densa y complicada, es por ello que el espectador debe mantener una meticulosa atención para no perderse dentro de la pieza teatral. Acudir a acontecimientos teatrales como el del sábado da un verdadero gusto, porque es el trabajo bien hecho, una obra perfectamente esculpida. A nivel interpretativo, poco tendríamos que decir, ambos son genuinas bestias, con una voz potente y una dicción impecable, como si ellos mismos estuvieran en un duelo con el propio texto, no dejan pasar ninguna palabra, saborean todos los sonidos hasta el final. Una gestualidad acertada para cada personaje y un movimiento escénico marcado por la experimentada dirección de Flotats. El resto de elementos escénicos acompañaba, ayudaba sin duda a crear ese espacio escénico perfectamente caracterizado por la escenografía diseñada por el propio director, la iluminación de Paco Ariza, vestuario de Renato Bianchi. Además del relevante espacio sonoro, diseñado por Eduardo Gandulfo, que crea un eco perfecto, entre los sonidos de la naturaleza y las voces de los propios actores cuando salen de escena, ocupando así todo el coliseo.

Hay que volver. "La Disputa" es un alegato que habría que pedir para repetir varias veces para escuchar atento cada una de ellas y poder paladear a dos filósofos claves con idearios que habría que volver a estudiar. El teatro también es política y necesitamos política donde la idea de tolerancia y sus límites, como otras muchas que surgieron ayer, sean en este momento presente reflexionadas.

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