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Tormenta de ideas

El mundo al revés, mami

La falsa igualdad de la liberación de las mujeres que las encierra en una doble trampa

Mami: mira, hoy es tu día, y el mío y el de la madre de mi nieta, que me tiene loca de felicidad, como sabes. Tengo muchas cosas que contarte y, como te conozco, sé que algunas de ellas no las entenderás. ¿Sabes? Recuerdo perfectamente tus palabras cuando veías algo que no tenía sentido, que era injusto o cuando oías a alguien decir barbaridades: "estamos en el mundo al revés". Uff, mami, no sabes cómo estamos, de verdad. Totalmente boca abajo.

Yo me consigo mantener porque las raíces que me habéis dado tú y papá hacen que pueda arraigar aunque todo esté al revés. Mira, las niñas ya no son niñas, de repente se vuelven adultas, especialmente en el terreno sexual, porque es lo que nos están inculcando continuamente. Tienen relaciones sexuales con 13 y 14 años, pero a dolor. Sin preocupaciones.

En algo importante estamos fallando porque información la tienen toda, mami, pero formación, muy poca. Se toman la píldora del día después como si fuera un anticonceptivo, cuando no abortan en muchas clínicas donde da igual con quién vayas y qué años tengas, todo vale para evitar el "error".

Ellos, mami, los chicos, son infinitamente más machistas que en tu época. Sí, porque igual papá no cocinaba, pero jamás se le hubiera ocurrido maltratar a ninguna de sus mujeres, y éramos muchas. Siempre nos trató con el respeto que nos merecemos como personas, exactamente igual que trataba a los demás. Ahora no, mami, ahora se creen muy progresistas porque colaboran en las tareas caseras o cuidan algo a los niños, pero, ¿sabes?, yo sé que al final las decisiones importantes siguen queriendo tomarlas ellos, que controlan muy sutilmente las opiniones y los gustos de sus mujeres, que siguen, sin quererlo, imponiendo con la testosterona que los caracteriza para ser el macho alfa que siguen siendo.

Porque mira, mami, sabes que sigo trabajando y que no me jubilaré. No lo haré porque quiero seguir siendo útil, porque tú me enseñaste que debo ser independiente, que no necesito a nadie para seguir adelante y porque soy valiente como tú lo has sido. He tenido problemas, y a veces mami, ya no puedo más. La vida, ya lo sabes, es dura, pero yo tengo claro que hay que luchar porque tú lo has hecho siempre y nos has enseñado que no hay mayor victoria que levantarse tras cada caída.

Y como sigo trabajando y llevo 40 años (que celebraré cuando todo esté más tranquilo) he visto la evolución de padres, madres y niños, de familias, en fin, que son mi objetivo. Y es tremendo. Es absolutamente increíble. Las mujeres, mami, seguimos siendo las que llevamos el cargo de las tareas de cuidado de nuestros hijos, de la casa, etc, aunque cada vez ellos ayuden más. Pero al final, si alguien tiene que pedir permiso para ir al pediatra, seguimos siendo nosotras, entre otras cosas porque existe un vínculo madre-hijo, que quieran o no, es biológico y nos hace querer estar más cerca de ellos cuando están enfermos, porque esos niños recurren habitualmente a nosotras cuando por la noche se encuentran mal.

La realidad, mami, es que las cosas siguen igual. Si hay ancianos, somos nosotras las que cuidamos, las que nos quedamos con ellos, las que los cambiamos? Pero eso sí, sexualmente, mami, somos exactos. Ellas creen que la liberación consiste en tener la misma sexualidad que ellos, aunque no sientan absolutamente nada y sean simplemente un objeto que ellos siguen utilizando como siempre.

Pero creen que así consiguen una igualdad que por supuesto sigue estando absolutamente inalcanzable. Y a mí no sabes la pena que me da que, con lo que hemos luchado para conseguir nuestra independencia y nuestros sueños, ahora nuestras adolescentes crean que tener relaciones sexuales cuanto antes y cuantas más mejor es el culmen del progresismo. Así, es la vida de las familias hoy.

Desde donde estás supongo que estarás pensando en ella, en tu bisnieta. Tranquila, sé que ella tiene las mismas raíces que yo, aunque el mundo, mami, como tú decías, está totalmente al revés.

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