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El Arango

Memoria de un cine en el recuerdo de miles de gijoneses que se ha convertido en una hamburguesería

La primera vez, que recuerde, del mítico cine fue en una sesión infantil, que era a las tres p.m., a ver un Festival de Tom y Jerry. Llevome mi genial tío Pepe con el Pumbi pa que leyese mientras él echaba un Camel y libaba algo en el ambigú. La segunda, que también me quedó grabada, fue con el colegio. Bajamos en fila los de la "Prepa", por la calle Cabrales, desde La Inmaculada, a ver en proyección matinal "Ben-Hur". En fin, me hice cinéfilo y dado que era una sala de estrenos allí acudí infinidad de fines de semana con mis amigos del alma Javier Camino y José Antonio Escalera. Para la historia queda aquel porteru, garante de la moral de la época, que en las autorizadas sólo para mayores de 18 te daba el plácet o no para acceder a la sala. De aquella dejé patilles y gracias a eso y a que era conocidu de mi padre (eso lo supe tiempo después) siempre me dejó pasar desde que cumplí los catorce años. Bien, años más tarde y ya casáu, acudí a la reinauguración, como teatro, con una obra de Antonio Gala, "Petra Regalada" con Julia Gutiérrez Caba. Al final habló el dramaturgo y nos dijo que "recuperar un teatro era cultura en grado sumo".

Cuando esto escribo acaban de abrir una hamburguesería y coño, prestome volver a entrar y recordar. Falta la vieja arañona y se conservan el entresuelo y un par de hermosos palcos, acristalados, con sus plateas. Hace unos años en Madrid, en el cine Carlos III, que en sus bajos tenía la mítica sala de fiestas Cleofás (cuna entonces de Tip y Coll, entre otros), dio paso a Platea, un emporio gastronómico en la calle Goya, pegado a Colón y a su banderona. Allí tienen orquestinas y todo tipo de delicatesen, amén de una frutería increíble. Bueno, algo es algo, prefiero esto con creces a la Corporación Dermoestética.

Ojalá algún día, cuando se apruebe el plan de vías y tengamos estaciones dignas, aunque ya no las vea mi gran amigo Paco Prendes, ni Antonio Gala (ni yo tampoco), el Teatro Arango, en vez de kétchup, pepinillos y carne picada, alce el telón con películas de estreno, con el caramelero y con "Estudios Uno"...

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