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Unamuno en Gijón

Visitó la ciudad dos veces, en 1904 y en 1923, como rector de la Universidad de Salamanca, e impartió dos conferencias

En tren procedente de Madrid llegó a Gijón Miguel de Unamuno el martes 23 de agosto de 1904, y en tren volvió diecinueve años más tarde, el domingo 18 de marzo de 1923.

Repasamos brevemente las dos visitas de esa eminencia de la "Generación del 98", pero nos detenemos (nunca mejor dicho hablando de Unamuno que inventó el término) en la "intrahistoria" de las visitas. Sin centrarnos en sus discursos, sino en la historia pequeña aparentemente banal.

En la primera visita de Unamuno, en 1904, no pronunció ninguna conferencia, vino a una entrega de premios. En su segunda visita habló sobre "Las responsabilidades de los desastres de África" y sobre "Apoliticismo y en derredor de él".

Miguel de Unamuno era en 1904 rector de la Universidad de Salamanca (lo era desde 1900) y tenía 40 años. Fue recibido a pie de un andén de la Estación del Norte, en agosto de ese 1904, por el alcalde Jesús Menéndez Acebal, por la Banda de Música de Gijón y, nos cuenta la prensa local, "por representaciones de colectividades obreras, profesores del Instituto y numeroso público". Se dirigió don Miguel a la casa de Eduardo Martínez Marina, que había sido alcalde de Gijón el año anterior (ya lo había sido otras veces en periodos anteriores) donde se alojó un par de días y allí recibió a una comisión de obreros gijoneses. Después de comer, acompañado por la familia Martínez Marina, fue en coche a recorrer algunas quintas de Somió y Cabueñes y de vuelta a su lugar de descanso fue obsequiado con una serenata a cargo de la banda municipal y el orfeón de la Asociación Musical Obrera. Eso fue el 23 de agosto de 1904 y el miércoles 24 Unamuno acudió a las cinco de la tarde en el teatro Dindurra a la entrega de premios del Certamen Científico Literario, ese era el motivo de su visita.

Uno de los premiados, y que recogió su diploma de mano de Unamuno, fue Fabriciano González García, "Fabricio", que en ese momento con 36 años era secretario del Ayuntamiento de Pola de Laviana y que muchos años más tarde, en 1943, fue Cronista Oficial de Gijón. Otro premiado, en el apartado "poesías en bable", fue Emilio Robles "Pachín de Melás" con 27 años. Su poema "La guelina" fue leído por el mismo Pachín ante don Miguel, y "El Noroeste" publicó el poema completo el 26 de agosto de 1904. Habló brevemente Unamuno: "Heme otra vez aquí y digo otra vez aunque nunca había estado en Gijón pero es que los de España somos todos uno".

Tras el acto en el teatro Dindurra Miguel de Unamuno y las autoridades pasaron al piso principal del anexo café Dindurra y terminada la cena, hubo unas palabras de don Miguel que concluyó con "Salud para serviros". Sabemos el menú de la cena que compartió Unamuno con comensales como el alcalde Menéndez Acebal, Gumersindo de Azcárate, Miguel Ramos Carrión, Alfredo Santos, el doctor Pulido, Eduardo Marina (su anfitrión en Gijón), Baldomero Rato, Julio Mencía y otra decena de comensales más, prensa de Gijón y de Madrid incluida.

Laureano Junquera Rodríguez, el dueño del café Dindurra que entonces tenía tres años de antigüedad, sirvió este menú: anchoas, salchichas, mantequilla, aceitunas, consomé real, cóctel de tomate, vol au ven de palomas, guisantes a la francesa, gelatina de ave trufada, filete de carne, ensalada, bomba de hielo, pasteles, fruta variada y queso. Todo eso leemos en El Noroeste, pero todo en francés, y vinos (Anselmo del Valle, Rioja Blanco, Diamante, Oporto, Cordón Rouge), licores, café y habanos.

Don Miguel de Unamuno volvió a Gijón en marzo de 1923 e impartió dos conferencias, una multitudinaria en Los Campos Elíseos "La responsabilidades del desastre de África" y otra en un local con mucho menos aforo, en el Centro Obrero de la calle de Benito Conde que antes y ahora es la calle La Muralla, "Apoliticismo y en derredor de él" fue el título de esa segunda conferencia.

Organizó esa segunda visita de Unamuno a la ciudad el Ateneo Obrero de Gijón que en ese momento presidía José María Gutiérrez Barreal. Don Miguel llegó a la Estación del Norte el domingo 18 de marzo de 1923 a las nueve y cincuenta de la noche. Esta vez, por ser de noche, no lo recibió la banda de música pero sí un numeroso grupo de admiradores entre ellos el presidente del Ateneo Obrero, y los directivos Lucas y Mariano Merediz, Pancracio Morajo y Eugenio Llano. En coche fue Unamuno al Hotel Comercio donde se hospedó. El Hotel Comercio estaba en la calle Trinidad esquina con la plaza del Marqués, era un edificio obra del arquitecto Luis Bellido que antes había sido el hotel Malet.

¿Qué hizo Miguel de Unamuno en Gijón el día de San José de 1923? Primero visitó la sede del Ateneo Obrero de Gijón "donde elogió su labor cultural y la organización de su biblioteca circulante". En 1923 el Ateneo Obrero tenía su sede en El Muro, en las casas de la viuda de Veronda. Luego hizo en coche una visita a El Musel primero y a Somió más tarde. Paseó a pie por la calle Corrida y comió en el Hotel Comercio con directivos del Ateneo Obrero.

A las cinco de la tarde, en el domicilio de Lucas Merediz, asistió a una reunión del comité de Gijón de la Liga de los Derechos del Hombre, y a las seis y media hizo su entrada en unos Campos Elíseos abarrotados, "las calles que afluyen a Los Campos Elíseos presentaban el aspecto de las grandes solemnidades", señalaba la prensa.

Día siguiente, martes 20 de marzo de 1923. Unamuno, con directivos del Ateneo Obrero, visitó la Escuela de Comercio; luego comida en el hotel y visita vespertina al Instituto de Jovellanos donde se detuvo especialmente en el salón que contenía el valioso tesoro de bocetos artísticos que había reunido Jovellanos, y a las siete al Centro Obrero donde habló sobre "Apoliticismo y en derredor de él". Mucha gente quedó en la calle y lo presentó el secretario del centro, León Meana. Apenas tres meses más tarde el socialista León Meana fue asesinado a tiros en la calle Ezcurdia.

Tras la conferencia se organizó una cena en el Hotel Comercio para honrar al entonces ya exrector de la Universidad de Salamanca. El menú: entremeses, huevos a la húngara, pollo braseado, cola de merluza a la rusa, pasteles de salmón, solomillo asado a la perigord, ensalada, pastel mil hojas, cestitas de fruta y helado praliné. Vinos, Rioja Vinícola del Norte, Blanco Sauternet y Champan Moët Chandon. Mas café, licores y habanos.

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