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Salud, dinero y Gijón

La ciudad y su capacidad para albergar congresos profesionales como el de los médicos de atención primaria

En una reciente portada de LA NUEVA ESPAÑA destacaba por encima del resto de las noticias que en ella aparecían, la de la celebración del 41 Congreso Nacional de Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria y otrora Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista), teniendo como sede nuestra no siempre tan saludable como quisiéramos villa marinera, convaleciente entre escapes siderúrgicos al aire que respiramos y aguas fecales que infectan las aguas de nuestro principal arenal, a través de esa arteria coronaria llamada Río Piles.

Se trata sin lugar a dudas del congreso más importante a nivel nacional dentro de su sector y un referente para todos los profesionales que en él trabajan; tanto para el personal sanitario como también para quienes desempeñan labores comerciales, en las innumerables empresas productoras o distribuidoras de productos dirigidos al vastísimo mercado que ofrece la atención primaria.

Serán así más de 6.000 personas las que visitarán Gijón a lo largo de estos próximos días, estimándose según los propios organizadores del congreso un beneficio para la economía local superior a los 10 millones de euros. Todo un balón de oxígeno para la hostelería principalmente (aunque también saldrán beneficiados el comercio local y la restauración), que tiene en este tipo de eventos la mejor de las medicinas posibles contra estas clásicas épocas de astenia ocupacional.

Con la práctica totalidad de las plazas hoteleras reservadas para los asistentes desde hace más de un año, lo único que lamentan los responsables de los distintos establecimientos hoteleros, es que este 'pildorazo' que ahora reciben, no se repita con mayor asiduidad. Y ponen de nuevo el dedo en la llaga al señalar las anémicas conexiones que esta ciudad y en general nuestra región, Asturias Paraíso Natural, sufren cual enfermedad crónica, con algún que otro cuadro agudo como el que representan los trenes de cercanías.

No por no conocidas estas deficiencias infraestructurales, resulta cuando menos irónico que al mismo tiempo que los hosteleros volvían a denunciar el aislamiento que padecen Gijón y Asturias, enfermos por tierra, mar y aire, nuestra autoproclamada reinventora regidora, desde Bruselas, y en el marco de una reunión con Analisa Boni, la secretaria general de Eurocities (ente conformado por las principales ciudades europeas), fuese justo a manifestar su interés porque Gijón "vuelva a Europa".

Sobre esto se podría decir en primer lugar, que salvo que haya existido un referéndum a la catalana (e ilegal, por supuesto) sin que nadie se haya enterado, Gijón nunca ha desaparecido de los mapas geopolíticos de Europa. Otra cosa es que si a nuestros compatriotas les cuesta Dios y ayuda dejarse caer por estos lares por la discapacidad antes mencionada, no digamos ya a los que nos pretenden visitar desde fuera de nuestras históricamente infranqueables fronteras. Bien parece que la alcaldesa quisiera comenzar la casa por el tejado, cuando si de devoluciones se trata, quizás fuese preferible antes que nada devolver Gijón a España. Y viceversa, claro está.

En fin, que volviendo al congreso en cuestión, y al que con toda seguridad acudirá la alcaldesa como es su deber (resulta frecuente en los políticos lo de hacerse fotos mostrándose orgullosos, a cuenta de gestiones realizadas por sus antecesores en el cargo), solamente cabe desear una muy feliz estancia a todos los participantes y que esta sea lo más provechosa posible, tanto en el ámbito profesional como en el del ocio que lleva aparejado todo buen congreso que se precie de serlo.

De esto último ya se encargarán los restaurantes y sidrerías de la ciudad, dejando plena constancia de que tal y como se concluye en el informe "Alimentación Saludable 2018" de la EAE Business School de Madrid, Asturias y por ende Gijón, es de los lugares en España donde mejor se come, si lo que uno anhela es gozar a la larga de una salud de hierro, destacando sobremanera el consumo de leche. Claro que tampoco hacían falta informes para confirmar lo que es bien sabido por todos: que aquí se come de la leche. Aunque a la hora de beber se prefiera, eso sí, la sidra.

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