La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tormenta de ideas

Temporal

Una meteorología adversa que hace que se agudicen las depresiones

Aislados, solos, sumidos en una lluvia incesante que hace que no te apetezca salir de casa, solo quedarte bajo la manta, huyendo de un frío que encoge el alma. Este frío que nos aísla aún más porque resulta que estamos como siempre rodeados de barreras, casi por tierra, mar y aire. Los trenes no pueden salir, el Huerna paraliza el tráfico y la gente se tiene que quedar en los coches porque en Asturias no hay suficientes quitanieves, no hay dinero, lo cual por otra parte y dada la coyuntura política, es más que natural.

Y mientras tanto, con este aguacero no hay consumo. Las pequeñas tiendas, los pequeños comercios se mueren, y estos días hacen que la muerte sea más inminente, porque nos dedicamos a comprar por internet, calientes, desde casa, sin probar, ni mirar escaparates, ni acercarte siquiera a esas tiendas en las que todavía puedes charlar un poco porque son amigos, porque son de toda la vida. Y les juro que me pregunto si en eso del cambio climático, lo de calentar y desertizar, nos saltan también a nosotros como hacen los hombres del tiempo, sean del canal que sean, que a veces parece que ni estamos en el mapa.

Este clima ayuda a que las depresiones se agudicen enormemente, porque la falta de luz y esta manera de llover escandalosa afectan no solo al alma, que se encoge para guardar el poco calor del sol que ya casi ni recordamos, sino que también nos afecta a lo físico, porque los huesos a los que somos ya sexagenarios (Dios, qué palabreja más fea) no nos viene nada bien y nos duelen hasta las pestañas. Ya, me imagino que ustedes me dirán que qué vamos a hacer con estos temporales, pero les juro que no entiendo lo del calentamiento global y no vaya a ser que me acabe creyendo lo del primo de Rajoy o Trump, que dicen que todo es un camelo. Desde luego ni en verano, ni en otoño, ni en invierno y para qué nombrar la primavera que aquí ni la olemos, ha habido un calor superior al normal, más bien todo lo contrario. Por favor, ¿alguien puede consultar desde algún sitio del planeta cuándo vamos a dejar de criar escamas? Seguro que no. Tengo la fea impresión de que solo se ocupan de nosotros cuando hay un temporal, cuando ruge el Cantábrico, una belleza para observar, pero que también tiene el contrapunto de privar a muchos trabajadores de llevar sustento a sus casas. Esperemos que este otoño nos dé una tregua y podamos recuperar esa vida que nuestra región necesita ahora y siempre? más que nunca.

Compartir el artículo

stats