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Nadar contra corriente

Los "anti" y sus malas excusas contra el progreso económico

Un año después de sus 22 propuestas para impulsar Asturias, Belarmino Feito (empresarios, FADE) ha criticado que el avance es mínimo e insuficiente, e incluso en aspectos como el desarrollo de la FP dual se va hacia atrás, reclamando más infraestructuras e inversión productiva. Es cierto que por una parte se producen avances, como licitaciones en los túneles de la variante ferroviaria de Pajares, cuyo funcionamiento prometió Zapatero para 2011 y aún están sin fecha prevista de inauguración, probablemente para 2023. Pero por otra el empeño en la descarbonización exprés, cuando el 25% de la contaminación mundial la produce la China comunista, pone contra las cuerdas a las industrias asturianas electrointensivas, es decir miles de puesto de trabajo. A la espera de un gobierno nacional efectivo que pase de las palabras a los hechos con el crecimiento económico: ¿Cuántos presupuestos anuales durará uno que dependa de los separatistas vascos de Bildu y los separatistas catalanes de ERC?

O como un nuevo estudio para la estación intermodal (trenes, metro y autobuses) de Gijón, después de años de controversias, según los de unas y otras siglas, sobre situarla 500 metros más allá o acá y mientras tanto sin presupuestar; con gran sorpresa, tras haberse consensuado su ubicación en el entorno del Museo del Ferrocarril, pues ahora se vuelve a plantear que de resultas del nuevo estudio habrá que concretar dónde situarla: ¿Volveremos al 500 metros más allá o más acá, y mientras tanto sin iniciarse? Asturias continúa siendo la región española con peor evolución de su PIB y población activa desde el año 2000, y ya pierden también población los mismos Gijón y Oviedo. Lo que necesita nuestra región y ciudades no son 44 directores generales para desindustrializarla, ni el boicot a sus coches y pisos, comercio y turismo con más impuestos y trabas, subsidios y deudas, sino revulsivos. A ver si nos va a pasar como al burro del gitano: que cuando se acostumbró a no comer, se murió. Qué mala suerte.

En cuanto al alarmismo climático, con la cumbre mundial sobre el calentamiento ahora en diciembre en Madrid, cabe recordar que el aumento de la temperatura del planeta de 1900 a 2015 ha sido de 0´85 grados, pero tiene truco, porque las últimas décadas del XIX han sido de mini periodo algo más frío: habría que considerarlo con respecto a la media -pocas estadísticas disponibles- del siglo XIX. El despegue de la industrialización china e india ya se está desacelerando, pareciendo vencidas sus no lejanas hambrunas. Tampoco se dice que ahora el agujero de la capa de ozono está en su menor tamaño de los últimos 50 años: no viene bien para el relato de moda. Caricaturizar la realidad siempre lleva a distorsionarla. Cabe rebatir a los ecologistas extremistas: ¿Por qué no celebran una cumbre del clima en Pekín? ¿Es viable que este año 2020 todos viajemos en velero y no en avión? Ahora les da porque no comamos peces: sufren al morder el anzuelo. ¿Así, comeremos piedras en vez de seres vivos?

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